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Empresas camuflan la subida de precios con la reducción de cantidades en los envases

Clientes de un supermercado, en una imagen de archivo.

Clientes de un supermercado, en una imagen de archivo.EFE/ RAYNER PEÑA R.

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La escalada de los precios de las materias primeras en las últimas semanas ha provocado que muchos productos suban de precio. No obstante, la indústria busca otras fórmulas para que el consumidor pague más por menos. Se trata de la reduflación, que implica ofrecer envases más pequeños o de similar tamaño, pero con menos contenido. De este modo, el precio se mantiene estable, pero hay menos producto. En ocasiones, el consumidor apenas se da cuenta, en otras la reducción es escandolosa. La OCU ha detectado reducciones de contenido de entre un 5% y un 10% en numerosos envases de una veintena de empresas.

Así, explican, el envase de Cola Cao es ahora un 5% más barato que hace un año, pero también tiene un 7,9% menos de producto, 40 gramos menos, por lo que, en términos reales, cada kilogramo de este cacao es hoy un 3,1% más caro. Ocurre lo mismo con otros productos, como los lomos de merluza de la marca Pescanova, cuyo precio ha bajado un 7,1% pero por ese importe tenemos hoy un 10% menos de pescado, por lo cual, el precio real se ha incrementado un 3,2%, o con los yogures Activia, de Danone que, aunque ahora cuestan  menos (un 0,2% menos), tienen un 4% menos de producto, por lo que se han encarecido un 4%.

"En el caso de los lomos de merluza, la marca había reducido su precio un 5,6 %, pero una mirada más atenta nos descubrió que había pasado de contener 400 gramos de pescado a incluir solo 360, es decir un 10 % menos. Es decir, pagas menos, pero también recibes menos. Teniendo estas cifras en cuenta, nos encontramos con que el precio en realidad subió un 3,2 %", resumen los expertos de la OCU.

Otros productos disminuyen la cantidad de producto de sus paquetes, pero incrementan también el precio. En este sentido, el estudio de OCU apunta, por ejemplo, a algunos productos de Pastas Gallo, como los macarrones, que tienen un 10% menos de producto, pero además han encarecido un 3,7% el precio del envase, o los espaguetis, que se han encarecido un 4,1% aunque contienen un 10% menos de pasta. Otra conocida marca como Tulipán es ahora casi un 15% más caras que hace un año: han reducido su contenido un 10% pero han subido el precio un 3,4%.

Este efecto ya se dio en plena pandemia o durante la crisis del 2008 y ahora vuelve con más intensidad ante el alza de costes que sufren los productores. El efecto psicológico para el cliente es distinto a subir los precios porque, de hecho, en la mayoría de las ocasiones no se da cuenta.  Cambiar el tamaño de los productos (táctica en inglés llamada shrinkflation, una combinación de las palabras reducir e inflación) es una táctica completamente legal, siempre que el envase registre el nuevo peso. No obstante, no se trata de una práctica generalizada porque, además, implica cambios importantes en la producción, desde el ajuste de maquinaria a las nuevas cantidades a nuevos envases, por lo que una vez adoptada la decisión para un producto llega para quedarse.

La reduflación se da sobre todo en la alimentación, en productos que se usan más en el día a día y cuya subida de precios es más perceptible, pero también afecta a otros habituales del súper, como los de limpieza o higiene personal, y se da tanto en referencias muy conocidas como en las marcas blancas. Como curiosidad, en la red social Reddit el grupo Shrinkflation cuenta con 21.000 miembros, que publican fotos del antes y el después de productos cuyo tamaño ha disminuido.

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