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Bachilleres internacionales

Diecinueve alumnos del instituto Josep Lladonosa completan la primera promoción de estos estudios que facilitan el acceso a carreras en el extranjero || Los estudiantes destacan que, pese al gran trabajo extra que supone, les ha ayudado a madurar y a estar mejor preparados

Alumnos de la primera promoción del Bachillerato Internacional del Lladonosa.

Alumnos de la primera promoción del Bachillerato Internacional del Lladonosa.ÒSCAR MIRÓN

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Entre los que quieren aprovechar para ir a estudiar fuera, las universidades británicas (como Leeds o Swansea) son las preferidas, pero la gran mayoría prevén quedarse en la UdL o ir a Barcelona. Aun así, valoran la experiencia positivamente, aunque destacan el gran esfuerzo que les ha supuesto. “Yo lo recomiendo. Hay que trabajar y puede ser que la gente que necesita notas altas para entrar en una carrera se lo piense, porque puede ser que las tenga más bajas. Pero creo que me ha hecho crecer académica y personalmente. Tiene un planteamiento muy diferente, que da mucha importancia a la escritura y al aprendizaje práctico y no a empollar”, explica Alba Besora, una de las estudiantes. “Es una experiencia dura, pero me ha ayudado mucho a saber cómo trabajar y organizarme. Hay muchos proyectos de laboratorio que te ayudan porque sin el trabajo manual, solo con un libro, no aprendes tanto”, corrobora Blanca Llauradó, una de sus compañeras. “Tienes muchas horas menos de ocio, a veces venían amigos a decir si quería ir a jugar una partida, pero tenía que decirles que no porque tenía que estudiar. He tenido que esforzarme mucho, pero tampoco lo he pasado mal y internacionalmente está mucho mejor valorado que el Bachillerato español”, opina Antoni Garí, que sí quiere ir a estudiar fuera, a Inglaterra. “No ha sido fácil, pero vale la pena. Cuando acabas, miras atrás y te sientes orgulloso de ti mismo”, señala otro de sus compañeros, Paul Duma. Incluso los que no repetirían le ven el lado positivo. “Si tuviera que volver a elegir no lo haría, porque me ha costado muchísimo esfuerzo y no te garantiza nada, sigues dependiendo de la selectividad. Pero tiene muchas cosas positivas, he aprendido mucho”, señala Silvia Goixart.

Los aspirantes a estudiar este Bachillerato pasan una criba previa que reduce los entre 40 y 50 interesados iniciales hasta unos 22. Se requiere una media de 8 en el expediente de la ESO, pasar exámenes de selección y una entrevista personal en los que se comprueba que realmente están capacitados para hacerlo. “Los alumnos que entran tienen que tener un grado de motivación altísimo, porque lo van a necesitar. Hay momentos de baches, la gestión emocional y el trabajo con las familias es muy importante porque tienen una presión muy grande”, relata el coordinador del Bachillerato, Jacint Llauradó. El interés de estos estudios hace que atraigan alumnos de fuera de la capital, ya que son muy pocos los centros catalanes que los ofrecen.

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