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La infanta Cristina, absuelta, e Iñaki Urdangarin, condenado a 6 años y 3 meses

La infanta Cristina y su esposo, Iñaki Urdangarin, tras la última sesión del juicio del caso Nóos

La infanta Cristina y su esposo, Iñaki Urdangarin, tras la última sesión del juicio del caso NóosEFE

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El esposo de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin, ha sido condenado por la Audiencia de Palma a 6 años y 3 meses de prisión por enriquecerse con fondos públicos a través de la trama corrupta de contratación con administraciones que organizó en torno a la asociación sin ánimo de lucro Instituto Nóos.

La sección primera de la Audiencia de Palma ha condenado a Urdangarin por un delito continuado de prevaricación, en concurso medial con falsedad en documento público y con un delito de malversación a 2 años y 8 meses; así como por un delito de fraude a la administración a 7 meses de prisión

Por tráfico de influencias ha sido condenado a 1 año de prisión y por dos delitos contra la Hacienda Pública a 2 años de cárcel (1 año por cada uno) y multa de 512.553 euros.

En el juicio, Urdangarin prestó declaración ante el tribunal durante 16 horas y aseguró que la actividad del Instituto Nóos era "totalmente transparente" y contaba siempre con la supervisión de la Casa Real a través del secretario de las infantas, Carlos García Revenga.

Añadió que nunca recibieron un reproche por lo que hacían y explicó que también fue tutelado por la Casa Real en su salida de la entidad después de que se cuestionaran sus contratos con instituciones públicas.

Dijo que no participaba ni tenía conocimiento de la gestión administrativa del Instituto Nóos y que "nunca" fue "comisionista de nada" ni cobró "ningún peaje".

Sobre su mujer, Iñaki Urdangarin dijo ante el tribunal que la infanta no tenía "ninguna" función en el Instituto Nóos, "simplemente era miembro de la junta" y sólo tenía un conocimiento superficial sobre sus actividades profesionales en esa entidad. "No hablábamos mucho de trabajo", añadió. También dijo que ella no tenía ninguna función en Aizoon.

El abogado defensor Mario Pascual Vives negó en su alegato final que Urdangarin se concertara con ex altos cargos ni les indujera a infringir las leyes para adoptar resoluciones injustas le que beneficiaran y solo admitió un error por parte de su defendido: "Hay que reconocer que el señor Urdangarin siempre ha sido demasiado confiado".

Sobre el supuesto entramado de empresas utilizado para vaciar de fondos públicos el Instituto Nóos y repartirse los beneficios, el letrado ha asegurado que Urdangarin solo es propietario de Aizoon y en su día fue socio de Nóos, donde cobraba unos 3.000 euros al mes mientras lo fue

La infanta Cristina, absuelta

La infanta Cristina ha sido absuelta hoy por la Audiencia de Palma de la acusación de colaborar en dos delitos fiscales de su marido, Iñaki Urdangarin, por la que fue juzgada en el caso Nóos.

La infanta, juzgada junto a su esposo a instancias de Manos Limpias, que pedía para ella una condena de 8 años de prisión, ha sido sentenciada a pagar junto a Urdangarin 265.000 euros en calidad de corresponsable civil a título lucrativo.

La hermana del Rey había consignado ante el juzgado los 587.413 euros en que la Fiscalía cifró su responsabilidad a título lucrativo, algo que hizo su defensa a finales de 2014, más de un año antes de que empezara el juicio.

También ha resultado absuelta Ana María Tejeiro, esposa de Diego Torres, el socio de Urdangarin, aunque igualmente el tribunal la considera responsable civil a título lucrativo de forma solidaria con su marido por un montante de casi 345.000 euros.

Cuando prestó declaración como acusada ante el tribunal, la infanta Cristina se amparó en la "confianza" que tiene en su marido, Iñaki Urdangarin, para explicar su participación al 50 % en la sociedad Aizoon que fundaron juntos y dijo creer "plenamente en su inocencia".

"Todo lo que hacíamos estaba controlado", dijo sobre la creación de Aizoon en 2003.

Negó haber participado en la gestión o en la administración de Aizoon así como haber tenido jamás cuentas en paraísos fiscales, salvo la que ahora utiliza en Suiza por residir en Ginebra.

Declaró que las decisiones las tomaba su marido, que ella no tenía poderes en la sociedad, ni recibía sus extractos bancarios, ni tampoco usaba la tarjeta visa corporativa a su nombre ("la custodiaba él"), ni asistió a ninguna junta, aunque su rúbrica aparece en las actas: "Me las pasaban a la firma y por la confianza que tenía en mi marido y en sus asesores, las firmaba".

La crearon "para canalizar los ingresos derivados del trabajo profesional en asesoría y consultoría" de su marido y sobre por qué ella firmó como copropietaria ha dicho: "Por confianza, así me lo pidió y yo lo acepté".

El abogado defensor de la infanta, Pau Molins, aseguró en su alegato final en el juicio que la infanta ha sido víctima durante "los últimos años" de "una masa de prejuicios" y que "Aizoon representaba un papel marginal en la vida de doña Cristina", por lo que atribuirle conocimiento de la actividad de la empresa que administraba su marido solo se explica tergiversando los hechos.

"La tesis de que estaba especialmente cualificada resulta poco menos que inverosímil cuando se atiende a sus circunstancias personales", dijo Molins al tribunal y recordó que la hermana del Rey es madre de cuatro hijos y que entonces participaba en actividades institucionales de la Casa Real, trabajaba en la fundación de la Caixa en materias de cooperación internacional y, por todo ello, realizaba "continuos desplazamientos".

Dijo que esta "intensa vida personal, profesional e institucional" constituía un impedimento para estar al tanto de la actividad de Aizoon, por lo que la empresa que compartía con Iñaki Urdangarin estaba por completo en manos de su marido y de sus asesores.

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