METEOROLOGÍA
Lleida cierra un verano con 33 muertos por calor, el tercero peor de la última década
Solo 2019 y 2023, con 40 y 35 fallecidos, resultaron más trágicos en la última década

El termómetro ha superado los 35º en 42 jornadas en lo que va de año, un tercio de los días de verano.
Las elevadas temperaturas han provocado este verano un exceso de mortalidad de 33 fallecimientos en la demarcación de Lleida, según indican las estimaciones del sistema MoMo de monitorización de la mortalidad que gestiona el Instituto de Salud Carlos III. Se trata del tercer verano con más muertes atribuibles a esta causa en la última década.
La demarcación de Lleida cierra hoy un verano mortífero con un exceso de mortalidad de 33 fallecimientos atribuibles a las altas temperaturas coincidiendo con las dos olas de calor, según los datos del sistema MoMo de monitorización de la mortalidad que gestiona el Instituto de Salud Carlos III.
Se trata, a falta de que los datos puedan ser actualizados a posteriori, del tercer verano de mayor mortalidad por exceso de calor de la última década, el decenio en el que la comunidad científica alcanzó el consenso en que el calentamiento global ha entrado en una fase de aceleración en la que se están intensificando tanto la evolución de los indicadores como sus consecuencias.
Los dos veranos con mayor número de muertes atribuibles a las altas temperaturas fueron los de 2019, con un exceso de mortalidad de 40, y 2023, cuando se registró otro de 35. Son, junto con el de este año, las únicas tres ocasiones en las que la cifra de fallecidos por el calor ha superado la treintena.
Por lo general, salvo en contados episodios como el del fallecimiento de un temporero el 11 de agosto mientras trabajaba a la intemperie en Torres de Segre, las muertes por exceso de calor no responden a patologías de carácter agudo, sino que suelen vincularse al agravamiento de cuadros previos, normalmente respiratorios, renales y vasculares, y afectar de manera mayoritaria a personas de edad avanzada. Las estadísticas del sistema MoMo, de hecho, indican que dos tercios de los fallecidos por esa causa tenían más de 85 años y otros cinco pasaban de 75.
Las cifras, siempre referidas a las semanas 26 a 38 del año, apuntan a una intensificación del impacto del cambio climático en la salud pública: la evolución de la media de muerte por cuatrienios no pasó de los 25 anuales en la primera mitad de la última década para situarse por encima de ese nivel de manera estable en la segunda y escalar hasta la treintena en los últimos ejercicios.
El exceso de mortalidad por todas las causas en esas trece semanas ha sido de siete, es decir, que sin las altas temperaturas habría habido un defecto de 28.
La lluvia vuelve a niveles ‘normales’ tras cuatro años
Las precipitaciones vuelven a acercase a las medias históricas, y a superarlas en algunos casos, en la demarcacion de Lleida este año hidrológico tras cuatro con registros claramente inferiores al incluir el trienio natural (2021 a 2023) de la última etapa de sequía. El año hidrológico es un periodo de doce meses que empieza el 1 de octubre en el que se miden los recursos hídricos (precipitaciones y caudales) de las demarcaciones hidrográficas para facilitar su gestión. Después de que en los finalizados los 30 de septiembre de 2021 a 2024 los registros quedaran lejos de las medias, los datos del SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica) de la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) apuntan a un cambio. De hecho, en las cabeceras de las tres cuencas principles hay estaciones que ya superan un acumulado de mil l/m2: Arcalís (1.186) en la del Segre, El Pont de Suert (1.044) en la del Ribagorçana y Espot (1.299) y La Torre de Capdella (1.466) en el Pallaresa. Se superan las medias, además de en los dos últimos, en Isòvol (838), Oliana (737), Benavent de Tremp (848), Talarn (661) y El Vilosell (623).
La meteorología causa en un año 5.685 siniestros por 6,1 millones
Las compañías de seguros atendieron el año pasado en Lleida 5.685 siniestros relacionados con la meteorología, básicamente por daños causados por la lluvia, el granizo y el viento en propiedades particulares y al margen de las pérdidas en la agricultura, indica un informe de Unespa, la patronal de las aseguradoras. Esos siniestros supusieron para las compañías desembolsos por valor de 6.161.517 euros, una cifra netamente inferior a la del resto de demarcaciones catalanas: 52,34 millones en Barcelona, 16,69 en Tarragona y 9,08 en Girona. Las cifras de Lleida arrojan un coste medio por siniestro de 1.083 euros, netamente superior a la media estatal, que se sitúa en 779. Las estimaciones de Unespa indican que se registró un siniestro en las comarcas de Ponent casi cada hora y media, ya que la cadencia se sitúa en un incidente cada hora con 32 minutos y 28 segundos.
Las aseguradoras desembolsaron 561,6 millones de euros el año pasado en todo el Estado para cubrir los daños causados por más de 721.000 siniestros provocados por fenómenos meteorológicos. Esto equivale a un siniestro cada 43 segundos, con un coste medio por incidente de 779 euros, según la información recabada por Unespa. Cerca de la mitad de los pagos por siniestros vinculados a la meteorología en 2024 correspondieron a viviendas, con casi 257,3 millones de euros abonados por el seguro de hogar. En segundo lugar aparecen las industrias, con 161,3 millones, y después las comunidades de propietarios, con 52,8. La lluvia provocó casi el 60% de los siniestros y generó más del 40% de los pagos.