Cazadores de ‘tresmiles’: Un grupo de topógrafos chequea si dos agujas del Sotllo y tres del Besiberri cumplen los requisitos
Continuarán con las mediciones en 2026

Los topógrafos de Sostremetries utilizan tecnología por satélite para las mediciones de los picos y de sus prominencias.
Nos hemos centrado en medir, y ahora haremos los cálculos durante el invierno”, explica David Segura, uno de los miembros de Sostremetries, una asociación integrada por cinco topógrafos catalanes que se ha enfrascado en el reto de chequear los tresmiles, los picos cuya altura se sitúa en el entorno de los 3.000 metros, para comprobar si cumplen las dos condiciones que los sitúan como tales: que su cima supere esa altitud y que la última prominencia supere los 10 metros de altura con respecto al siguiente nivel de suelo.
Ese trabajo, que va a prolongarse “dos o tres años”, coincide con su compañero Marc Calaf, va a testar si entran en esa categoría cinco agujas del Pirineo de Lleida: dos en el Sotllo, en el entorno de la Pica d’Estats en el Pallars Sobirà, y tres entre el Besiberri Sur y el Comaloforno, en el Parc Nacional d’Aigüestortes i Sant Maurici.

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Los dos primeros, el Sotllo Nord y el Sotllo Nordoest, ya han sido chequeados, mientras que en la segunda zona la recogida de datos no ha finalizado.
Las cinco agujas cumplen la condición de estar a más de 3.000 metros de altitud, según indican los datos de tecnología Lidar (detección y medición de distancias con imágenes láser, por sus siglas en inglés) del ICGC (Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya), por lo que el estudio se centra en las dimensiones de las prominencias.
“Todos los candidatos a ser medidos este año van justos de prominencia y ninguno por altitud. Seleccionamos las que las tienen entre los 8 y los 10 metros y subimos a medirlos in situ con un recpetor GNSS, que nos dará resultados precisos”, indica Calaf.
Las agujas cuyas prominencias resulten medir diez metros o más irán adquiriendo la consideración de picos de categoría tresmil, una categoría que actualmente ostentan doce en la demarcación de Lleida: la Pica d’Estats, el Verdaguer, el Gabarró, el Sotllo y su antecima norte y el Rodó de Canalbona, en el Sobirà; el Comaloforno y la Punta Alta de Comalesbienes, en Boí; el Mulleres, en la confluencia de la Alta Ribagorça, Huesca y Aran, y, en Aigüestortes, el Besiberri Norte, el Sur y la aguja norte del Malavesina. Son los únicos de Catalunya.
En el Culebras, en Montanui, ha ocurrido lo contrario: sigue teniendo una altitud de 3.062 metros, pero las dimensiones de su prominencia, inferiores a los diez metros, han acabado por sacarlo de la lista de los tresmiles.
Los trabajos de medición se reanudarán en junio o julio, en función de cómo evoluciona el deshielo. El chequeo abarca 85 picos en el Pirineo, la mayoría en Huesca, con 36 en la Maladeta, 12 en el Perdiguero y 5 en Monte Perdido. Los primeros cálculos apuntan a que la actual lista de 216 tresmiles pirenaicos pasaría a ser de 231 al incluirse 31 y salir 16.