Memoria de un pueblo
Una exposición de 180 fotos inéditas y objetos de la época rescata la vida cotidiana de La Guàrdia d’Urgell entre los años cuarenta a sesenta del siglo pasado. El hallazgo fortuito de 500 negativos de un vecino, Josep Cornellana, permite al pueblo reconectar con su pasado

La inauguración, el sábado por la tarde, estuvo muy concurrida. - LAIA PEDRÓS
La Guàrdia d’Urgell vuelve a emocionar estas fiestas de Navidad con una exposición que recupera la esencia del pueblo a través de fotografías inéditas. Tras el gran éxito de los dos últimos años —cuando se dedicaron muestras a las antiguas cartas a los Reyes Magos, con algunos juguetes todavía conservados, y a las bodas celebradas entre La Guàrdia d’Urgell, Almenara y sus masías entre 1903 y 1950—, la localidad vuelve a reivindicar su historia con un nuevo proyecto profundamente emotivo.
La muestra, titulada Arrels de poble, propone un viaje visual por la vida cotidiana, las fiestas religiosas, la escuela y el fútbol entre las décadas de 1940, 1950 y 1960. El comisario, Jordi Valls, explica que está formada por 180 fotografías procedentes de un descubrimiento inesperado: “Las encontramos en una casa del pueblo. Eran negativos perfectamente conservados, y nadie sabía que existían. Un vecino, Josep Cornellana —conocido como lo Bep-, era quien había tomado todas esas imágenes. Un día me dijo que tenía una foto mía y quería dármela, pero falleció durante la pandemia de la Covid sin poder hacerlo. Tiempo después, los nuevos propietarios de su casa me invitaron a recogerla, y en ese momento descubrimos un tesoro: más de 80 fotografías y unos 500 negativos con retratos de todo el pueblo, que se hubieran podido perder sin que nadie las viera”.
Su familia, al vender la casa, cedió los derechos de las imágenes a favor del pueblo. Entonces el Arxiu Comarcal de l’Urgell y el ayuntamiento de Tornabous colaboraron en la recuperación y digitalización del material. “Efectuamos un exhaustivo proceso de selección”, detalló Valls, que añadió que la exposición se complementa con una muestra con objetos originales de la época, como “una máquina de escribir, cuadernos de cuando la educación estaba marcada por la dictadura, antiguos tebeos, figuras del Domund, el cartel de la inauguración de la escuela en 1959 o un pupitre de cuando los vecinos que ahora tienen 80 años iban a colegio”.
Uno de los aspectos más curiosos es que, pese a la enorme cantidad de imágenes, nadie recuerda haber visto nunca a Cornellana con una cámara. “Ni siquiera los vecinos de mayor edad lo recuerdan fotografiando, y sin embargo, todos aparecen mirando sonrientes y directamente al objetivo”, comenta Valls. De los más de 500 negativos encontrados se seleccionaron 180 imágenes. “Son totalmente inéditas”, insiste Valls. “Gracias al Arxiu pudimos llevar a cabo el revelado, mientras que el ayuntamiento se encargó de la ampliación de las copias. Ha sido un trabajo de más de un año y medio, pero el resultado ha valido la pena: era imprescindible rescatar esta memoria colectiva”, aseguró Valls.
Organizada por la asociación de vecinos de La Guàrdia d’Urgell, la exposición se inauguró el sábado y puede visitarse todos los sábados y domingos de diciembre, de 17 a 20 horas. A partir de enero, las visitas serán concertadas. Entre las imágenes que se exponen destacan muchas historias curiosas. En algunas se pueden ver las primeras motocicletas con vecinos del pueblo que quisieron retratarse junto a aquel símbolo de modernidad. También hay fotografías insólitas, como una en la que dos jugadores históricos del FC Barcelona, Biosca y Gonzalvo III, reforzaron al equipo local en un partido contra el Tornabous. Una escena impensable hoy, pero que forma parte de la rica y sorprendente historia del pueblo.