Así se hizo la fotografía de Lleida que nadie se creía: Seu Vella y Pirineo, invierno de 1994
La foto es el resultado de un encargo del arquitecto y urbanista Josep M. Llop i Torné, en aquel momento director de Urbanismo del ayuntamiento de Lleida

La imagen de Lleida que nadie se creía
Esta imagen, en su momento inédita porque era un planteamiento fotográfico que no se había visto, es el resultado de un encargo del arquitecto y urbanista Josep M. Llop i Torné, en aquel momento director de Urbanismo del ayuntamiento de Lleida, y forma parte del trabajo fotográfico del Atlas Urbanístico de Lleida 1707-1995, coeditado por la Paeria y el COAC de Lleida. El encargo tenía dos áreas fotográficas claramente diferenciadas: por una parte, hacer la reproducción de los planos que formaban parte del discurso, y de la otra, hacer el listado de fotos de la Lleida urbana actual.
En principio no eran de difícil realización a excepción de una que, según mi opinión, no se había hecho nunca, o yo no lo había visto nunca. El arquitecto me dijo literalmente: Llorenç, tendrías que hacer una imagen de la nueva fachada de Lleida, la que se ha creado por el hecho de desaparecer el Canyeret y tener en su lugar la franja blanca que dibuja el edificio de los nuevos juzgados.
De entrada, me pareció que no habría ningún problema, aparte de buscar la localización del lugar desde donde hacer la foto. Dediqué un tiempo a la búsqueda subiendo a algunas colinas de los alrededores de Lleida, hasta llegar a la conclusión que la tenía que hacer desde la plataforma natural elevada donde se encuentra el aeródromo de Alfés. El único problema era que a aquella distancia Lleida queda muy lejos y yo no tenía el objetivo adecuado para realizar la imagen con la calidad necesaria. Recordé que un amigo mío fotógrafo tenía uno de 600 mm focal, que son unas ópticas de precio muy alto que yo no habría amortizado nunca porque no encajaban con mi día a día productivo. En estos casos normalmente se alquilan.
Casualmente el objetivo de mi amigo iba perfecto para mis necesidades. Se lo pedí, me lo dejó y, al probarlo, vi que la foto la tendría que hacer un día de transparencia atmosférica total. Eso quería decir un día de muy frío y ventoso. Finalmente, pude hacer la captura con trípode y poniendo de pantalla contra el viento mi Patrol. Si no lo hubiera hecho así habría salido movida, ya que la hice un poco antes del atardecer. Capturada en diapositiva analógica, años después se han hecho algunas réplicas en digital. Yo también lo hice, y este hecho facilita en gran manera este tipo de captura.
Para acabar, hay que explicar una anécdota del día de la presentación del libro en un Auditori nuevo (el libro y el Auditorio son del año 1995). La protagonizó el alcalde de Lleida en aquel momento, Antoni Siurana, el cual, cuando con un poco de antelación llegué al acto, de lejos me llamó. Habían montado cerca del escenario una reunión improvisada previa a la presentación con un grupo de arquitectos, algunos de los cuales conocía personalmente. Me acerqué y Siurana me dijo todo convencido: “Explica a los aquí presentes que esta foto no está trucada”.
Yo, que generalmente en los temas profesionales no me ando con rodeos, contesté rápidamente que no, que el efecto extraño producido en la foto era causado por el hecho de haber usado el potente teleobjetivo con que lo había capturado. Al sentir eso, el alcalde acabó la conversación con dos intervenciones más: primero me halagó diciendo a los presentes que yo nunca haría una foto documental llamada, y después explicó que él ya había visto la imagen de esta foto cuando pasaba a la altura de Castelldans todo viniendo en coche por la autopista desde Barcelona en dirección a Lleida, cosa que hacía mucho a menudo.
Eso sí, precisó que veía la imagen desde la lejanía, en un formato reducido, y añadió que, gracias al hecho de que disponía de chófer, podía mirar el paisaje sin peligro y jugaba con ventaja. Diría por sus caras que los arquitectos quedaron satisfechos con las explicaciones. Después el alcalde aprovechó para encargarme un cartel de Lleida con la imagen que nos ocupa, el cual se realizó.
Finalmente, sólo querría decir que aquellos arquitectos no fueron los únicos que habían dudado de la veracidad documental de la foto antes de recibir las explicaciones. Cuando años después la publiqué en las redes, el comentario que era una imagen trucada era bastante repetido.
De vez en cuando, algún colega desmentía lo que se comentaba como fruto de la ignorancia.