SEGRE

SANIDAD VEGETAL

Agricultura pide más vigilancia para evitar el avance del fuego bacteriano

Tras un nuevo brote de la enfermedad en frutales de Miralcamp, donde está latente junto al Baix Segre || Cinco comarcas leridanas ‘conviven’ con esta plaga

Fuego bacteria

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La conselleria de Agricultura confirmó la existencia de un brote de fuego bacteriano, provocado por la bacteria Erwinia amylovora, en una finca de Miralcamp, una zona que, junto al Baix Segrià, ha acumulado en lo que va de año cerca de un centenar de expedientes por esta enfermedad que ataca a diveros tipos de frutales, especialmente a los perales. Para evitar su propagación, el departamento de Agricultura pide al sector agrario que extreme la vigilancia.

Catalunya tiene el estatus de zona protegida, ya que está libre de esta plaga exceptuando, Sin embargo, desde el año 2015, las comarcas leridanas del Segrià, la Noguera, el Pla d’Urgell, Les Garrigues y el Urgell perdieron el estatus de zona protegida, o lo que es lo mismo, han pasado a convivir con la enfermedad.

En la práctica, supone que los arranques de frutales de fincas o parcelas afectadas por esta plaga, especialmente dañina para los perales y también en manzanos, no cuentan con indemnizaciones por parte de la conselleria de Agricultura.

Este año se ha logrado que el ministerio de Agricultura permita el uso de cobre en la postfloración

Los primeros focos de esta plaga se detectaron en el Segrià en los años 1998 y 1999, en 2003 y 2006 se detectaron también focos en la Cerdanya, en 2007 en el Gironès. El último caso de esta enfermedad en Girona se detectó el mes pasado en una finca de La Selva donde se ordenó arrancar 45 hectáreas de frutales y desde 2013 se han ido produciendo diversos focos en Lleida.

Así, según fuentes del departamento de Agricultura, el año pasado se abrieron un total de 107 expedientes en la provincia de Lleida por casos de fuego bacteriano, mientras en lo que llevamos de año ya son casi un centenar. Según los expertos, las causas del rebrote de la enfermedad están en el clima cambiante, con el aumento de la temperatura y la humedad.

Jordi Giné, jefe del servicio de Sanidad Vegetal de la conselleria de Agricultura, explicó que ante esta situación de convivencia con la enfermedad lo que prima ahora es la vigilancia extrema para poder atajar los brotes en sus primeras fases, cuando es más fácil atajarla. Además, dijo que este año el ministerio de Agricultura ha permitido el uso del cobre, elemento que ayuda en la lucha contra la enfermedad, en la postfloración.

Por otra parte, dijo que a partir de septiembre se debe estar atento ante una posible segunda floración, ya que los insectos polinizadores podrían propagar la enfermedad.

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