SEGRE

CRISIS

El sector de la fruta de hueso traslada a Barcelona su “guerra” contra los precios

Más de un centenar de payeses leridanos colapsaron este lunes la autovía A-2 en una marcha lenta desde Alcarràs hasta Barcelona para protestar por la grave crisis que atraviesa el sector de la fruta por el veto ruso a las importaciones agrícolas europeas vigente desde 2014. Los payeses exigen retirar “ya” del mercado 40.000 toneladas de fruta de hueso.

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Más de un centenar de payeses leridanos colapsaron este lunes la autovía A-2 en una marcha lenta desde Alcarràs hasta Barcelona para protestar por la grave crisis que atraviesa el sector de la fruta por el veto ruso a las importaciones agrícolas europeas vigente desde 2014. Los payeses exigen retirar “ya” del mercado 40.000 toneladas de fruta de hueso.

Más de un centenar de payeses convocados por la Plataforma en Defensa de la Fruita Dolça de Alcarràs y Asaja Lleida, repartidos en medio centenar de coches, marcharon este lunes desde Alcarràs a Barcelona en defensa del sector de la fruta dulce, “un sector en la ruina” del que a duras penas pueden vivir. Su destino, la sede de la Comisión Europea en Barcelona, donde les recibió el representante de Bruselas, Ferran Tarradellas.

Allí transmitieron al representante europeo su demanda de que Europa retire 40.000 toneladas de fruta de hueso que hay en stock a causa del veto ruso “que lleva 5 años forzando los precios a la baja” y arruinando a los payeses, aseveró Jaume Molló, vicepresidente de la Plataforma. También pidieron que se fije un precio mínimo que garantice la supervivencia de quienes la producen.

Todavía no había amanecido cuando los primeros payeses llegaron a Alcarràs, desde donde marcharon a 50 kilómetros por hora por la autovía hasta Barcelona. Los Mossos d’Esquadra, que escoltaban a los agricultores, les advirtieron que “por motivos de seguridad” solo podían ocupar un carril, demanda que disgustó a muchos de los presentes.

A la media hora de marcha, los vehículos ocupaban ya los tres carriles disponibles, y salvo un pequeño golpe que ni siquiera detuvo a los coches implicados, no hubo incidentes. En algunos puntos provocaron retenciones de hasta 4 kilómetros.

A las nueve y media de la mañana se reencontraron en el área de servicio del Bruc, donde fueron informados de que la Guardia Urbana les escoltaría en Barcelona. Durante el descanso iban comentando la jornada en pequeños corrillos. “Siempre somos los mismos, si no venimos más gente, no podemos hacer algo más gordo” comentaba Albert, mientras otros compañeros aseguraban que la marcha debería haberse convocado al inicio de la campaña de fruta de hueso.

Era mediodía cuando Pere Roqué, presidente de Asaja-Lleida, junto a Jonathan Sanjuán, presidente de la Plataforma, entraban al edificio de la Comisión Europea, en el Paseo de Gràcia. El encuentro duró media hora, y entregaron un manifiesto con sus exigencias, que será enviado a Bruselas para que lo reciba el comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan.

Al terminar, Roqué y Sanjuán fueron recibidos con aplausos por sus compañeros, entre los que había miembros de UP y JARC-Coag, que acudieron a título personal, puesto que sus sindicatos no participaron en la protesta. Entre miradas de curiosos, aseguraron que Tarradellas se comprometió a que obtendrían una respuesta lo más pronto posible y alertaron de que si esta no era de su agrado los payeses y sus familias cortarán la Avenida Diagonal de Barcelona y la llenarán de fruta.

“35.000 familias y 18 sectores viven de nosotros, no cultivamos fruta para tirarla. Es una vergüenza con la de hambre que hay en el mundo”, dijo Roqué, a lo que Sanjuán añadió que “la fruta es un sector en crisis, que la Unión Europea nos rescate como hizo con la banca”, ya que producir un kilo de fruta les cuesta de 30 céntimos, y se lo compran a 15 o 20 céntimos.

las claves

  • Demandas. Los payeses piden la retirada de 40.000 toneladas de fruta de hueso y la fijación de unos precios mínimos que garanticen la viabilidad del sector del que dependen 35.000 familias en Lleida y Aragón y 18 subsectores.
  • Plazos. El representante de la Comisión Europea, Ferran Tarradellas, se comprometió a ofrecer una respuesta lo más pronto posible. Si no es del agrado de los payeses, estos amenazaron con colapsar la Diagonal y llenarla de fruta.
  • Pérdidas. Asaja y la Plataforma en Defensa de la Fruta Dulce aseguran que producir un kilo de fruta cuesta unos 30 céntimos, y se ven obligados a venderlos por 20, con lo que no cubren costes. Por eso, este lunes algunos optaron por regalarla.
  • Futuro. Muchos de los participantes en la marcha aseguraron que les hubiese gustado que sus hijos se dedicaran a la agricultura, pero que tal y como está la situación, les animan a estudiar y a labrarse otro futuro lejos del campo. 
  • El veto ruso, causa principal de los stocks de fruta. La UE sancionó en 2014 a Rusia por apoyar a Crimea durante la guerra con Ucrania, a lo que Moscú respondió vetando las exportaciones agrícolas europeas. La pérdida de este mercado para los payeses leridanos y aragoneses trajo una acumulación de stocks que desató la crisis de precios. Hoy está prevista una reunión en Bruselas entre la consellera de Agricultura, Meritxell Serret, Manel Simón, responsable de Afrucat, además de representantes italianos y franceses, con miembros de la Comisión Europea para hacer frente al problema.
  • Los distribuidores, los grandes beneficiados. La Plataforma y Asaja acusan a la gran distribución de ser otro de los factores desencadenantes de la crisis de precios. Aseguran que aprovechan la existencia de stock para “presionar y hacer bajar los precios” y obligar a las cooperativas a vender a un precio con el que no están de acuerdo, ya que no llegan a cubrir costes de producción. De hecho, durante las últimas semanas varios payeses han optado por arrancar los melocotoneros y los paraguayos sin cosechar y muchos otros aseguran que lo harán una vez recolectada la fruta, porque no pueden mantenerlos.

En primera persona

Carles Jové, agricultor: 

«La situación que estamos viviendo es de pánico».

 Carles Jové, payés de Seròs, define la situación que vive el sector de la fruta como “de pánico”. Asegura que no pueden más y que el dinero que genera su trabajo “se queda por el medio”. Ve el futuro de la payesía “muy negro” porque según dice, cuanto más recolectan más dinero pierden y eso es insostenible. Su hijo David, de 15 años, le acompañó este lunes en la marcha. Está seguro de que no quiere seguir los pasos de su padre porque es la gran distribución la única que saca beneficios y ellos que “son los que lo sacan adelante, acaban arruinados”.

Joan Miret, agricultor:

«Las subvenciones son mentira, no tenemos ayudas».

 Joan Miret fue uno de los payeses participantes en la protesta más críticos con la consellería de Agricultura. “No tienen ninguna intención de ayudarnos y no nos valoran”. Asegura que las subvenciones “son una mentira” porque el agricultor tiene que realizar primero la inversión, y muchas veces tiene que pedir un crédito. Una vez invertido el dinero y pasada la inspección de la conselleria “recibimos una carta en la que dice que por falta de presupuesto no nos pueden pagar lo prometido” y muchos compañeros no tienen como hacer frente a las deudas con los bancos.

Xavier Charles, agricultor: 

«Animo a mi hijo a que se dedique a otra cosa».

La visión de un futuro negro para los trabajadores del campo era compartida por todos los asistentes. Xaver Charles tiene un hijo de 17 años al que anima a que se dedique a otra cosa. “Si la situación de los payeses fuese otra, querría que mi hijo siguiera mis pasos, pero tal y como está la situación, quiero que estudie y se labre un futuro provechoso dedicándose a otra cosa”. Asegura que sin ayuda el sector no sobrevivirá y es insostenible seguir trabajando a pérdidas. “Es una pena, entre todos se están cargando nuestra profesión y forma de vida”. 

Xavier Charles Alonso, hijo de agricultor:

«Me planteo ser payés como última opción».

Xavier tiene 17 años y estudia bachillerato. Tiene muy claro que será enfermero y que no quiere dedicarse a la agricultura porque “tal y como está el sector, no tengo mucho futuro en el campo”, afirmación que su padre respalda. “No me importaría dedicarme si la situación fuera más alentadora, porque es el oficio de mi padre y me gusta, pero hoy es mi última opción”. Asegura que solo optaría por ser payes si “todo lo demás” le sale mal. Xavier da vida a los comentarios de los más veteranos, que aseguran que los jóvenes no tienen futuro en el campo. 

Marta Cosi, está casada con un agricultor:

«Vivimos la situación con mucha angustia».

El marido de Marta Cosi es payés, y ambos son de Sucs. “Vivimos la situación con mucha angustia porque no sabemos qué va a pasar”, asegura, y considera que sin ayuda europea y de la conselleria de Agricultura no podrán salir adelante. Dice, aliviada, que sus hijos no se dedican a la agricultura, oficio por el que sí optaron los hijos de una amiga, que la acompaña, Susana Gené, quien no les augura un futuro próspero. Ambas critican que no se valora el esfuerzo de los payeses que se dedican a producir fruta de gran calidad “que muchas veces ni se recoge”.

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.ITMAR FABREGAT

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.ITMAR FABREGAT

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.ITMAR FABREGAT

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.ITMAR FABREGAT

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.ITMAR FABREGAT

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.

Los manifestantes pararon en El Bruc para decidir como seguir.ITMAR FABREGAT

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