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MEDIOAMBIENTE DEYECCIONES GANADERAS

Agricultura ya controla por satélite los purines con 70 cubas con GPS en Lleida

Doce granjas se han registrado en la aplicación que rastrea trayectos en tiempo real

Imagen reciente de una cisterna con un nuevo sistema de aplicación de purines a ras del suelo.

Imagen reciente de una cisterna con un nuevo sistema de aplicación de purines a ras del suelo.SEGRE TÀRREGA

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El departamento de Agricultura ha empezado a controlar por satélite los purines con GPS en las cubas que lo aplican en cultivos a más de 10 kilómetros de las granjas. En Lleida, hay 70 cisternas equipadas para emitir esta información en tiempo real y las primeras doce granjas se han registrado en la aplicación de la conselleria que recoge estos datos.

El control por satélite de los purines ha echado a andar en Lleida, pero todavía a un paso lento. Solo 70 de las cubas que se usan para aplicarlo en cultivos tienen ya tanto dispositivos de localización GPS como los programas informáticos necesarios para transmitir en tiempo real al departamento de Agricultura sus trayectos y la posición de cada vertido. La obligación de hacerlo entró en vigor en marzo, aunque solo para quienes trasladan deyecciones a más de diez kilómetros de las granjas. Esta distancia mínima deberá reducirse en los próximos años hasta incluir todos los trayectos de estas cisternas, cuyo número se estima en unas 1.700 en las comarcas leridanas.

La normativa obliga desde 2016 a los ganaderos a registrar con GPS los trayectos para verter purines a más de 10 kilómetros, una información que Agricultura podía requerirles. En septiembre de 2017 estableció que los ganaderos debían transmitir esta información a la conselleria en tiempo real y dio al sector seis meses para adaptar sus vehículos. “Toda aplicación de purín a más de 10 kilómetros de la granja debe hacerse ya con trazabilidad GPS en tiempo real”, corroboró la conselleria, que indicó que 170 granjas en Catalunya y solo doce en Lleida se han dado de alta hasta ahora en el sistema informático de la Generalitat que registra los trayectos. Se espera que este número aumente en otoño, la época de más aplicación de purines.

Agricultura descubrió al cotejarlos que el 15% tenía fincas donde también vertían purín otras granjas

Solo un reducido número de empresas proveen el software necesario para transmitir las localizaciones GPS a la Generalitat. Así, Tallers Gili está actualizando programas de unos 30 vehículos equipados con localizadores en Lleida. Los dispositivos de esta firma, desarrollados en colaboración con Ilercim, registran el lugar y hora de cada vertido y el volumen de nitratos, que mide por la conductividad de las deyecciones. Por su parte, Triskel Telecom (que trabaja junto a Agroptima) ha dotado de programas a doce cubas de Lleida y ocho en Osona que se emplean también para aplicar purines en las comarcas leridanas. Finalmente, la empresa Agricolum estima que unos 20 vehículos emplean su tecnología de trazabilidad de los purines.

Procés de digitalització que ha revelat abocaments excessius en cultius

La obligación de emitir en tiempo real los trayectos de las cubas de purines forma parte del proceso de digitalización de toda la información relativa a la aplicación de deyecciones, algo que ha permitido ya detectar vertidos excesivos en fincas de cultivos. Así, en 2016 empezó a cotejar los planes de gestión de las deyecciones mediante una aplicación informática que reveló que el 15% de ellos incluía fincas agrícolas donde también vertían otras explotaciones. Esto obligó a corregir planes que hasta entonces se consideraban en regla para evitar que un exceso de purines contaminase las aguas subterráneas.

El control de las cubas a través de localización GPS supone un paso más en la vigilancia de los purines por parte de la Generalitat. Mediante esta medida, Agricultura espera garantizar que las deyecciones se transportan y se aplican de forma efectiva fuera de las zonas con mayor concentración de granjas, donde la escasez de suelo disponible donde verterlas obliga en ocasiones a trasladarlas a más de diez kilómetros de distancia de las granjas. De forma paralela, agrupaciones y ganaderos a título particular implantan en Lleida diferentes tecnologías de tratamiento para gestionar los excedentes de purines.

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