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Drones en los alrededores de granjas en Lleida para prevenir la peste porcina

La medida de los Agentes Rurales permite detectar la presencia de jabalíes que podrían ser el “foco” de contagio

Agentes Rurales montando un dron.

Agentes Rurales montando un dron.ACN

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Los Agentes Rurales han iniciado esta semana prospecciones en dron para detectar la presencia de jabalíes que puedan situarse cerca de granjas de cerdos. Según ha explicado el jefe de los Agentes Rurales en Lleida, Llorenç Ricou, con esta medida se pretende ''dibujar un escenario'' para poder controlar la enfermedad en caso de que entrara en el país. Lo hacen con cámaras térmicas que les permiten ver dónde viven y sobre todo “donde duermen” los jabalíes. Desde el Departamento de Agricultura, el Jefe del Servicio de Coordinación Territorial y veterinario, Joaquim Porcar, ha dicho en la visita a una granja de nueva construcción en Sucs, en el Segrià, que el “riesgo” hoy es el mismo que cuando se detectó el brote de la peste porcina en Bélgica, y por eso hace falta que el sector no se relaje en relación en el cumplimiento de las medidas de bioseguridad.

La protección de las granjas no sólo se hace de puertas adentro, sino que la zona exterior próxima a la granja, es tanto o más importante. Ricou ha explicado que han acordado con el Departamento de Agricultura y también con las sociedades de cazadores que “actuarán donde sea necesario” con el fin de detectar la presencia de jabalíes próximos a las granjas. “Es importante saber dónde duermen”, dice Ricou, que asegura que les“gustan” las plantaciones de maíz, también las de colza o zonas con embalses de agua. En este sentido el jefe de los agentes dice que les preocupan las comarcas del Segrià y el Pla d'Urgell, pero sobre todo el entorno del pantano de Utxesa, donde hay mucha “caña pequeña” y es  “donde se esconden los jabalíes”. Ricou ha calificado “vital” tenerlos controlados porque en caso de que la enfermedad llegara a Catalunya, la localización de esta fauna salvaje “permitiría controlarla”.

En relación al interior de las granjas, este jueves miembros del Departamento de Agricultura han visitado una explotación de reciente construcción junto con los propietarios. Una granja donde habrá un censo de 7.200 animales, y donde ahora sólo hay un millar de cochinillos. Porcar ha insistido en que “el riesgo es el mismo ahora que en septiembre cuando se conoció el brote de la peste porcina en Bélgica”, y por lo tanto, ha recomendado que nadie se relaje en la aplicación de las medidas de bioseguridad. Estas se resumen en cuatro puntos: vallas perimetrales en el exterior que no permitan la entrada ni la salida de personas, sólo por una puerta; una zona de vestuario, para que se puedan cambiar; telas para evitar la entrada de pájaros, y que tengan un sistema de desinfección de vehículos. Porcar ha añadido que la enfermedad es “viva” y por eso es tanto importante que se cumplan estas normas.

El trabajadores de la granja tienen que seguir un protocolo a la hora de entrar que les supone pasar por la ducha, ponerse el mono de trabajo y cambiarse de zapatos dos veces antes de entrar en el espacio donde están los animales.

En relación a granjas que no estén adaptadas, Porcar ha dicho que se han solicitado algunas bajas pero “se han restituido inmediatamente”, porque los mismos granjeros han cumplido con las medidas.

El propietario de la granja de Sucs, Javier Alegre, ha explicado en relación al coste que supone cumplir con las medidas es que “cuánta más seguridad, todo se paga, todo vale dinero”, pero si al final es una granja “sana”, donde se puede trabajar, el coste “compensa”. Alegre ha afirmado que la granja todavía no está “bautizada”, que lo estará pronto, y que no llevará su nombre para diferenciarla de la otra explotación de su propiedad. La granja de nueva construcción, además, ha tenido que pasar una encuesta para poder poner animales en su interior, una encuesta que según ha relatado Porcar, la explotación ha superado con muy buena puntuación.

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