SEGRE

AGRICULTURA BALANCE

La cosecha de cereal cae hasta un 40% en las comarcas de Lleida por la sequía

La falta de lluvias y las altas temperaturas en invierno y primavera pasan factura

Imagen de una cosechadora trabajando en un campo de cereal de Vallmanya.

Imagen de una cosechadora trabajando en un campo de cereal de Vallmanya.

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Nuevamente, la sequía y una meteorología atípica, con altas temperaturas este pasado invierno y también en buena parte de la primavera, pueden provocar un descenso de hasta un 40% en la producción de cereales. Con todo, los payeses confían en que las últimas lluvias pueden paliar en parte el descalabro de la cosecha.

La producción de cereal de invierno, cuya cosecha ha empezado hace un par de semanas en las zonas más tempranas del Segrià, puede llegar a caer esta temporada hasta un 40 por ciento en comparación con un año normal. La causa es una meteorología adversa, con una sequía cuyos efectos se han agravado por altas temperaturas en invierno y a inicios de la primavera, sobre todo en las zonas de secano. Las últimas lluvias y las temperaturas frescas en abril y mayo han mejorado las perspectivas iniciales y han contribuido en cierta medida a salvar una campaña que hace unos meses se preveía “catastrófica”. Para el responsable de herbáceos de Unió de Pagesos (UP), Santi Caudevilla, el descenso de la producción variará sensiblemente según los ciclos de producción de las variedades de cereal escogidos y las zonas de producción, pero alertó de caídas hasta el 40%. Con todo, UP no prevé un incremento de los precios del cereal de invierno a corto plazo y advierte que los productores tienen que soportar un aumento de los costes por el encarecimiento de los precios de los abonos.

A nivel estatal, la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas (Accoe) estima que la producción de cereales de otoño-invierno caerá en torno a un 30,21 por ciento y que la cosecha no superará los 13 millones de toneladas, una cifra muy inferior a la media de los últimos cinco años, que rondaba los 20 millones de toneladas, según los mayoristas. En cuanto a precios, durante la semana 23 (del 3 al 9 de junio), el maíz fue el cereal con mayor repunte de cotizaciones, un 0,77% respecto a la media de los siete días anteriores, al situarse su valor en 185,51 euros por tonelada. Por su parte, el trigo blando cotizó a 197,56 euros/tonelada, con un aumento del 0,51%, y la cebada llegó a 182,27 euros/tonelada (+0,35%). Mientras, las bajadas semanales las protagonizaron de nuevo el trigo duro (211,33 euros/tonelada, (–0,16%) y la cebada de malta (192 euros/tonelada (–0,10%). Durante las 23 primeras semanas de 2019, la evolución de los precios mayoristas de los cereales pasan por un alza en el trigo duro (+3,4%) y el maíz (+2,08%), y recortes en el trigo blando (–2,21%) y en la cebada (–4,95%).

Lamentan la falta de apoyo suficiente ante la renovación de maquinaria agrícola

A nivel mundial, el exceso de lluvias en Estados Unidos y el calor que ha provocado sequías en las principales zonas productoras de Rusia, son los principales condicionantes de una menor producción de la esperada y sobre todo con una bajada de la calidad del cereal, según el sector.

Denuncian que el petróleo baja mucho más que el gasóleo agrícola Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, de la que forma parte Unió de Pagesos, ha denunciado que las bajadas del crudo no se reflejan en similar proporción en el precio del gasóleo B. La organización agraria destaca que, desde finales abril, fecha en la que el petróleo contaba con el precio más alto por barril en 2019, ha caído algo más de un 17% en junio, mientras que el gasóleo agrícola lo ha hecho solo en un 4%. Critica que la proporción de caída de precios no se traslade también al gasóleo agrícola, fundamental para el trabajo de los agricultores, quienes piden una regulación que tenga en cuenta las peculiaridades del campo. “Asistimos una vez más a lo mismo, sin que se tome ninguna medida de control por parte de los poderes públicos. En cuanto sube el crudo, los precios del combustible en poste se disparan como un cohete; pero cuando el petróleo baja, las compañías que dominan el suministro no tienen ninguna prisa en repercutirlo”, indica. Además, critica que se pida mayor adaptación a los agricultores y ganaderos a normas de medioambientales y no se ofrezcan herramientas o soluciones que vayan encaminadas al cumplimiento de las mismas. De esta forma, la organización agraria destaca la falta de apoyo suficiente ante la renovación de maquinaria agrícola por modelos más eficientes, así como la anunciada normativa que el Gobierno proyecta contra el diésel por la vía fiscal, en pro de la descarbonización de la economía.

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