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AGRICULTURA CRISIS FRUTÍCOLA

El Tribunal de Cuentas de la UE cuestiona las ayudas para hacer zumos por el veto ruso

Pone en entredicho su eficacia y dice que las industrias recibieron casi una cuarta parte de la materia prima || Como aportación en especie en lugar de obtenerla a través de una compra en el mercado

Imagen de archivo de inspección de fruta retirada del mercado con ayudas comunitarias para su transformación de zumo en Lleida.

Imagen de archivo de inspección de fruta retirada del mercado con ayudas comunitarias para su transformación de zumo en Lleida.SEGRE

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El Tribunal de Cuentas de la Unión Europea cuestiona algunas ayudas establecidas por Bruselas para atajar la crisis del sector de la fruta a raíz del cierre de fronteras rusas en agosto de 2014. Buena parte de sus críticas se centran precisamente en uno de los instrumentos más utilizados en Lleida para sacar del mercado melocotones y nectarinas con ayudas comunitarias mediante el llamado pago en especie. El sistema se basa en la transformación de la fruta en zumos para su posterior reparto entre las personas necesitadas. La industria cobra sus trabajos en especie, con parte de la materia prima.

El informe especial elaborado por un equipo auditor plantea, por ejemplo, que “la UE sufragó un coste desproporcionadamente elevado por la transformación de melocotones y nectarinas”. En concreto, apunta que en el caso de las medidas de urgencia para la distribución gratuita de melocotones y nectarinas ascendió a 55 millones de euros en la UE. Cifra en un 37% el coste de selección y embalaje y en un 13% el de transporte. Así, afirma que el valor de los productos retirados “solamente equivale aproximadamente a un 50% del coste total”. Apunta que aproximadamente el 87% de los fondos se destinaron a productores de España y Grecia. Los cálculos van más allá y afirma que “el coste sufragado por el fondo de la UE por litro de zumo destinado al consumo de personas necesitadas fue de hasta 4,25 euros por litro: cuatro veces aproximadamente, el coste de un litro de zumo en el supermercado”.

Considera que no hay suficientes pruebas de que los productos fueran efectivamente retirados

Bruselas recuerda que son los Estados miembros quienes llevan a cabo los controles

Pero no solo se queja del capital empleado, sino que considera que incluso que no hay suficientes pruebas de que los productos fueran efectivamente retirados del mercado. Apunta España y Grecia poseían juntas más del 94% de los melocotones y las nectarinas financiadas para su distribución gratuita. De las 132.000 toneladas retiradas en los dos Estados miembros, 99.000 se transformaron en zumos. Afirma que España autorizó un coeficiente de 11 kilogramos de melocotón entregados a los transformadores por un litro de néctar de melocotón, mientras en Grecia eran 8,5. “Al final, la mayor parte de los productos retirados volvieron al mercado en forma de zumo, y solo una pequeña parte llegó a personas necesitadas. Permitir que los transformadores retengan la mayoría de las cantidades retiradas y pagadas por el fondo como si fueran destinadas a su consumo en fresco es contrario al objetivo final de la entrega gratuita”, concluye el informe del Tribunal de la UE.

Bruselas también hace referencia a las pegas que pone el informe del Tribunal a los precios de retirada de fruta en general, no únicamente los destinados a zumos. Apunta que se fijan sistemáticamente en un nivel muy inferior al de los precios de mercado que rigen en el mercado único”.

La Comisión estudiará los costes, pero sin cerrar el plan La Comisión Europea responde al informe del Tribunal de Cuentas de la UE aceptando solo algunas de las recomendaciones. En concreto, se abre a evaluar los costes de embalaje, selección y transporte de la fruta en los casos de retiradas. Pero, pese a ello, insiste en que “todas las opciones deben permanecer abiertas”. Bruselas evaluará en particular “el ratio de conversión de melocotones retirados y el zumo o néctar obtenido y la garantía de que los pagos realizados a los transformadores solamente compensa los costes de transformación”. Con todo, respalda que sean los Estados miembros los que deban decidir sobre esos ratios. Añade que pueden variar en función del producto, sus características y su calidad. En cuanto al seguimiento del proceso, la Comisión recuerda que “de conformidad con la normativa de la Unión Europea, son las autoridades competentes de los Estados miembros quienes llevan a cabo los controles”.

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