La Generalitat exige a la Guardia Civil revisar los protocolos para conceder licencias de armas

Generalitat, Síndic de Greuges, sindicatos, colectivos de agentes forestales y entidades ecologistas reclamaron ayer una revisión de los protocolos para otorgar licencias de armas tras el doble homicidio ocurrido en Aspa. Desde el Govern, el conseller de Interior, Jordi Jané, recordó que la competencia de otorgar las licencias para poder disponer de un arma es de la Guardia Civil y reclamó una revisión de este protocolo. Una reivindicación histórica por parte de algunos colectivos al entender que las pruebas psicoténicas a las que se somete a la ciudadanía son menos duras que las de los cuerpos oficiales.

Según Jané, el cazador que acabó con la vida de dos agentes rurales en Aspa “reaccionó de forma violencia y homicida, fuera de sí, y una persona que actúa así no puede tener una licencia de armas”. El conseller añadió que “debemos velar entre todos para que no la tenga”.

En la misma línea, el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, avanzó ayer en las redes sociales, tras mostrar sus condolencias a las familias de las víctimas, que investigarán los hechos y los recursos de los que disponen los agentes rurales “para evitar tragedias” como la de Aspa. En este sentido, añadió que desde su departamento analizarán los criterios y las formas en las que se autorizan las licencias para poseer y utilizar armas, competencia que también señaló de la Guardia Civil.

Por su parte, Ecologistas en Acción Catalunya exigió controles más estrictos para las personas que disponen de una licencia de armas y recordó que una escopeta “sirve para matar”. En este sentido, señaló que no quiere criminalizar a todo el colectivo de cazadores, pero indicó que entre las medidas a aplicar se incluyen controles de alcoholemia para los cazadores, tal y como son sometidos los conductores. La entidad ecologista reclamó a la Generalitat una nueva Ley de Caza que establezca restricciones al acceso de las armas, que se elimine la categoría de “deporte” a la caza y que se definan los controles y la supervisión necesarios.

Tanto CCOO como UGT recordaron la peligrosidad que entraña la labor de los Agentes Rurales, ya que pueden encontrarse con una persona agresiva y ante amenazas sin las herramientas para poder afrontarlas.