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JUSTICIA TRAMAS

Archivan el último caso de bebés robados que estaba abierto en Lleida

El juez de Instrucción 4 lo cierra al considerar que no hay pruebas para continuar la causa || Una familia busca a dos hijos nacidos en el Arnau de Vilanova en 1976

Francisco Castro, el martes en Lleida, mostrando el auto del juez que archiva de nuevo su caso.

Francisco Castro, el martes en Lleida, mostrando el auto del juez que archiva de nuevo su caso.R.RÍOS

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El juzgado de Instrucción número 4 de Lleida ha archivado, por segunda vez, el único de los casos de ‘bebés robados’ denunciados en la provincia de Lleida que estaba abierto. Es el de un matrimonio cordobés que busca a sus gemelos, nacidos en el ahora Arnau en el año 1976 y que supuestamente fallecieron. El juez asegura que las nuevas diligencias practicadas no aportan indicios suficientes para creer que se cometió un delito de sustracción de menores. Señala para ello el informe facilitado por el Registro Civil de Lleida, que dice que según la legislación de la época las criaturas abortivas no eran consideradas como “personas naturales” y por tanto no se practicaba inscripción ni de nacimiento ni de defunción. Este acaso ya fue archivado hace dos años, pero la familia consiguió reabrirlo a principios de año para que se practicara una prueba, como era la de poder saber el nombre del juez que firmó la orden de enterrar los cuerpos de los niños. Sin embargo, ahora ha vuelto a darse carpetazo al asunto. “No entendemos cómo puede haber dos licencias de entierro, pero que no consten como enterrados en el cementerio de Lleida”, explica Francisco Castro, el padre de los bebés. Este vecino de Puente Genil (Córdoba) vivía en Fraga con su mujer, Rafaela Heredia, cuando ocurrieron los hechos. Fue el 20 de diciembre de 1976 cuando ingresó en la entonces residencia General Moscardó para dar a luz a los que iban a ser sus primogénitos. Cuatro días después le practicaron una cesárea, pero los médicos les aseguraron que los pequeños habían muerto: uno nació ya cadáver y el otro falleció poco después. Aunque insistieron en ver a sus hijos, ambos aseguran que no se los dejaron ver para evitar que se llevaran un mal recuerdo. La madre tuvo que ser trasladada de urgencia a Barcelona y fue una enfermera, dicen, la que se ofreció a gestionar la documentación de los fallecimientos, que nunca les fue entregada, ni tampoco la del lugar del entierro. No fue hasta 2011, cuando empezaron a salir a la luz los primeros casos de ‘bebés robados’, cuando la familia presentó una denuncia ante la Guardia Civil. “Seguiremos buscando pruebas para poder abrirlo de nuevo”, concluye Francisco.

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