Los geólogos advierten de que “el riesgo cero no existe”

Los geólogos advirtieron ayer de que el “riesgo cero no existe” en las carreteras del Pirineo y de las comarcas de montaña. Así lo aseguró el presidente del colegio de Geólogos de Catalunya, el leridano Ramon Pérez, quien afirmó que en la composición geológica de la zona de Castell de Mur donde se registró el alud de rocas del lunes se combinan “capas de rocas calcarias y de arcilla” que se desprendieron después del episodio de lluvias de la semana pasada. Por su parte, Joan Escuer, miembro del observatorio del riesgo geológico y expresidente del colegio de Geólogos, apuntó que “veníamos de una sequía terrible” y “la gran cantidad de nieve y agua que ha caído en el territorio ha propiciado que estos fenómenos tengan lugar”, porque “la presión del agua dentro de los macizos hace que sean menos estables”. Escuer aseguró que “en el Pallars siempre se han producido muchos desprendimientos”, un hecho que justificó alegando que es un territorio muy rico en arcillas resbaladizas. Escuer afirmó que un desprendimiento como el de Castell de Mur se puede repetir, “sobre todo en carreteras secundarias”, donde existe un peligro aunque con un riesgo bajo porque por estas carreteras circulan pocos vehículos. Asimismo, Pérez aseguró que este “no es un fenómeno habitual”, tanto por su magnitud como porque se ha cobrado la vida de dos vecinos de Sant Esteve de la Sarga y apuntó que desde el colegio crearon el observatorio del riesgo geológico, que trabaja sobre los desprendimientos en la red viaria y ferroviaria catalana. No obstante, afirmó que “Catalunya tiene miles de kilómetros de carreteras de montaña y es imposible tenerlos todos analizados”.

Por otra parte, el Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya, informó de que el alud del Jussà provocó un terremoto de 0,8 grados y fue registrado por la red de seísmos.

El alud destruye la capilla de Les Esplugues El alud del lunes destruyó la capilla de Les Esplugues de Mur, que se encontraba en la balma donde se registró el desprendimiento. Era el único resto que quedaba en pie de este núcleo de población de Castell de Mur, abandonado desde hace cincuenta años.