Oleada de robos en bares de piscinas de la Segarra

La Segarra está viviendo este verano una oleada de robos en la que han sido desvalijados los bares de las piscinas de Sant Guim de Freixenet, Sedó, Pujalt, Sant Antolí y Granyena. El último asalto se produjo el pasado fin de semana en Granyena de Segarra y, según explican los afectados, los ladrones suelen actuar los fines de semana, cuando se generan más beneficios. Lo hacen durante la madrugada y “se llevan todo lo que encuentran, ya sea dinero, helados, botellas de alcohol o aparatos eléctricos”, explican. Las pérdidas que conllevan estos robos se elevan en algunos casos a más de 1.000 euros y, a pesar de las denuncias que se han presentado, los responsables de estos pequeños establecimientos apuntan que “lo que era una forma de ganar dinero durante los meses de calor se ha convertido en un quebradero de cabeza”. Los afectados no descartan movilizarse o llevar a cabo acciones de forma conjunta para poner fin a esta situación.

Por su parte, la alcaldesa de Torrefeta i Florejacs, Núria Magrans, lamentó ayer la situación de inseguridad que se ha generado en las últimas semanas, si bien reconoció las dificultades para actuar contra este tipo de delitos. Magrans comentó también que el Centre Cultural de Sedó i Riber ha denunciado recientemente asaltos con robos.

En otro orden de cosas, los Mossos d’Esquadra detuvieron el lunes por la mañana a un joven de 26 años acusado de un robo con fuerza en el colegio de Linyola. Según explicaron fuentes policiales, sobre las 10.00 horas varios trabajadores observaron a un joven que salía del centro y, tras comprobar que faltaba material como amplificadores, ordenadores y comida, denunciaron los hechos. A partir de la descripción física aportada por los testigos del suceso, los agentes procedieron a la detención del presunto autor del robo, un joven de nacionalidad española y vecino de Linyola que a primera hora de ayer pasó a disposición judicial para responder a las acusaciones en los juzgados de Balaguer.