SEGRE

ARAN EL OCCITANO EN LA JUSTICIA

Una jueza sustituta impulsa por primera vez la traducción al aranés de sentencias

Natalia Plaza Benimeli, actual jueza sustituta de Vielha, en su despacho en la capital aranesa.

Natalia Plaza Benimeli, actual jueza sustituta de Vielha, en su despacho en la capital aranesa.H.C.

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Natalia Plaza Benimeli llegó desde Barcelona a la Val d’Aran a finales de julio de 2017 como jueza sustituta del juzgado de Vielha y le sorprendió comprobar hasta qué punto está extendido el aranés en la calle. Al mes siguiente se puso en contacto con el Síndic de Aran y le propuso traducir las sentencias, emitidas en español, también al occitano. “Siempre estamos hablando de acercar la justicia a la sociedad. ¿Qué mejor manera?”, defiende la magistrada. En septiembre del año pasado comenzaron a traducir los fallos de la jueza. Ahora ya hay 90 sentencias en aranés. De momento, de jurisdicción civil, alguna sentencia penal en el caso de delitos leves y autos definitivos, explica Plaza. “Solo puse una condición”, señala la jueza: la traducción no podía demorarse más allá de las 48 horas que actualmente tiene como plazo máximo para evitar alargar los plazos.

“Hay que estar aquí para darse cuenta de que el aranés es una lengua de la calle”. Al principio, asegura la jueza, “mi propuesta les sorprendió. Y a mí me sorprendió que les sorprendiera. Creo que la Justicia todavía se ve a veces como algo al margen de la sociedad”. Ahora, abogados y procuradores, que son los primeros en recibir los fallos de la jueza, también lo agradecen.

El Síndic, Carlos Barrera, y el presidente del Institut d’Estudi Aranesi, Jusèp Loís Sans, explican que solo hay un precedente de sentencia en aranés. Fue en 2001, a raíz de un convenio con el Consejo General del Poder Judicial y la Generalitat para la normalización del aranés en la justicia, y dio un único fruto: la traducción de la sentencia 157 del contencioso de Lleida en 2001. Al margen, “desde 2010 a partir de la ley del Aranés se traducen todas las leyes. Y ya van un centenar, con miles de palabras que nos han servido para tener un corpus lingüístico muy importante” para la utilización del occitano en el ámbito judicial, explica Sans. Sin embargo, “si no se cuenta con la voluntad privada”, en este caso, de la juez, señala el Síndic, el aranés dará pocos pasos más en el ámbito social. En los años 90 hubo un notario que tuvo la misma iniciativa en relación con las escrituras y las tradujo al occitano. De repente, el 18% de las escrituras en el valle constaban también en aranés. “Pero se fue el notario, Vicent Simó, y el 18 cayó al 0%”.

Para la jueza Plaza queda aún una asignatura pendiente: oficiar bodas en aranés. “Yo lo propongo a las parejas que vienen a casarse”. Se trata de una intervención breve, de la lectura de apenas tres artículos del Código Civil, que haría la magistrada. Pero aún no ha tenido éxito.

El Conselh proyecta reforzar el servicio de política lingüística

El Conselh Generau puso a disposición de la jueza Plaza los servicios de una traductora y trabajadora del Conselh, Paloma Puche, que ha sido la encargada de copiar al aranés las 90 sentencias hasta ahora. El Síndic, Carlos Barrera, avanzó ayer que planteará a la conselleria de Presidencia y a Justicia la posibilidad de reforzar el servicio para atender un volumen mayor de traducciones, entre sentencias y reglamentos de la administración. “La Oficina de Política Lingüística cuenta ahora con tres personas, pero la realidad pide más y la introducción del tema judicial supone una oportunidad para reforzarlo”, señaló Barrera. Para el Síndic es vital la implicación de particulares en la promoción del aranés, toda una lección para el territorio occitano en Francia.

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