'Residencia Masia Salat'

A la espera de que la Generalitat apruebe el plan especial urbanístico para convertir el antiguo hotel Masia Salat de Les Borges en centro de atención de la tercera edad, sus promotores, tres empresarios de Lleida y Les Borges, han comenzado a trabajar en la adecuación de los 4.500 metros cuadrados que tiene el edificio distribuidos en planta baja, dos pisos, ático y sótano. Con una capacidad para 100 personas, una de las principales actuaciones será adecuar la mitad de las 65 habitaciones del antiguo hotel para eliminar barreras arquitectónicas, por ejemplo, suprimir las bañeras por duchas con suelo antideslizante para que las personas mayores puedan acceder sin problemas, según explicó uno de los impulsores de la iniciativa, Josep Valero. Por el momento, ya se han hecho obras para erradicar las filtraciones en el tejado y se ha redistribuido el espacio y determinado dónde irán las salas del médico y enfermería, comedores y zonas de visita en cada planta. También habrá servicios de fisioterapia, podología, peluquería y barbería y amplias terrazas, zonas verdes y jardines. En lo que antes era el parking está previsto construir la capilla, un tanatorio, lavandería y la cocina industrial. El inmueble ya tiene todas las instalaciones de agua y climatización en condiciones, incluso una quincena de placas solares en el tejado que solo hace falta volver a poner en funcionamiento. El objetivo no es hacer un geriátrico al uso, sino un área residencial como las que hay en países nórdicos. Ya hay interesados en contar con una plaza en el centro que “vendría a costar lo mismo que en otros centros de Lleida”, dada la necesidad de estos servicios en una comarca con la población envejecida, como es el caso de Les Garrigues.

El hotel, antes propiedad de la familia Riera, lleva 4 años cerrado. Los promotores lo compraron al BBVA, que se quedó con él en 2017, por 1,3 millones de euros. En total, la inversión para readaptar el edificio rondará los 4 millones. El ayuntamiento de Les Borges ya ha dado luz verde al plan especial de Masía Salat que, tras someterse a exposición pública, pasará a ser debatido por la Comisión Provincial de Urbanismo. Una vez tenga su beneplácito, el consistorio podrá dar licencia de obras y los promotores conectar el complejo a la red de suministro eléctrico, lo que facilitará ponerlo en marcha.

Las principales actuaciones se centran en eliminar las barreras arquitectónicas en las habitaciones

Por lo que respecta a los accesos, los promotores han descartado una rotonda en la N-240 prevista por los antiguos propietarios, dada su elevado coste y la necesidad de autorización de Fomento; al igual que un paso subterráneo, denegado por la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) al pasar por la zona el torrente de la Femosa. Por esta razón, los dejarán como están en la actualidad.

Vigilancia con cámaras contra okupas y robos Los promotores del proyecto han colocado cámaras y el recinto está vigilado por Prosegur para evitar la entrada de okupas y robos como los que se han producido recientemente para sustraer la grifería en casi un veintena de habitaciones de la primera planta que han quedado destrozadas y se tendrán que rehabilitar.