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MEDIO AMBIENTE SEGRIÀ

La laguna de la Unilla de Almenar reaparece tras las lluvias de este año

Se alimenta del agua de las precipitaciones y la última vez que surgió fue en 2014 || Es uno de los pocos espacios naturales de estas características en Catalunya

El agua que ha surgido en la laguna natural del Clot de la Unilla entre Almenar y Alguaire.

El agua que ha surgido en la laguna natural del Clot de la Unilla entre Almenar y Alguaire.FIRMA

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Las intensas lluvias de este año, en especial del otoño, están haciendo aflorar la laguna natural del Clot de la Unilla, entre Almenar y Alguaire. La última vez que apareció fue en 2014, aunque no alcanzó las dimensiones de 1997, cuando llegó a superar las 20 hectáreas de superficie. Volvió a surgir en el año 2000 y 2004 con unas dimensiones parecidas a las de hace cuatro años, es decir, unas 15 hectáreas. La de la Unilla es una de las pocas lagunas endorreicas de Catalunya, es decir, que se nutre con agua de lluvia, ya que la capa freática del subsuelo es de arcilla y hace que el agua se canalice hasta el Clot. Es zona de especial protección para las aves (zepa) y atrae a numerosas especies de fauna y, en consecuencia, de estudiosos y ornitólogos ya que en ocasiones se han llegado a avistar bandadas de más de 200 ejemplares. El proyecto para proteger cerca de 3.000 hectáreas de los Plans de la Unilla, tal como planteaba la Red Natura 2000, provocó hace trece años enérgicas protestas de payeses y ganaderos de Alguaire, Almenar, Alfarràs, Torrefarrera, Alpicat y Rosselló. Se organizaron manifestaciones y más de 200 cargos de entidades agrarias de Almenar amenazaron con dimitir si se creaba la zepa con la extensión prevista. Finalmente, la presión hizo que la Generalitat redujera a la mitad, unas 1.500 hectáreas la extensión de la zepa.

La laguna natural de la Unilla suele brotar cada 12 o 14 años, aunque este ha sido un año excepcionalmente lluvioso y en algunas comarcas de Lleida se han registrado precipitaciones que han marcado récords históricos. De hecho, la pasada primavera fue la más lluviosa de los últimos 69 años con hasta 600 litros por metro cuadrado en varios puntos del Pirineo. Estas lluvias provocaron también graves desprendimientos sobre varias carreteras de la demarcación por acumulación de agua en las laderas de las montañas. El más grave sucedió en abril en Castell de Mur y se cobró la vida de dos personas, aunque este no fue un episodio aislado porque entre los meses de abril y agosto hubo 78 desprendimientos. Las lluvias de este año también anegaron campos y dañaron cultivos.

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