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MEDIO AMBIENTE DEYECCIONES GANADERAS

Las dos últimas plantas de purines cerradas, listas para volver a funcionar a partir de abril

Completan los trabajos para revertir el deterioro de instalaciones que llevan 5 años inactivas || La de Alcarràs y la de Tracjusa volverán a funcionar después de que lo hicieran la de Vag y la de Miralcamp

Las instalaciones de la planta de Alcarràs, cuyo propietario ha hecho la inversión necesaria para abrirla.

Las instalaciones de la planta de Alcarràs, cuyo propietario ha hecho la inversión necesaria para abrirla.ITMAR FABREGAT

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Las dos últimas plantas de secado de purines cerradas en Lleida volverán a tratar deyecciones entre finales de este mes y principios de abril. Así lo confirmaron ayer los propietarios de la planta de Alcarràs y la de Tracjusa, en Juneda. Ambos ultiman ya los trabajos necesarios para revertir el deterioro de unas instalaciones que llevan cinco años inactivas. El tijeretazo del Estado a las energías renovables las abocó al cierre en febrero de 2014 junto a la planta de Miralcamp, la de Vag (Juneda) y una treintena más en el resto de Catalunya y España.

Diferentes sentencias del Tribunal Supremo desde 2015 han obligado al Estado a restablecer las primas que reciben estas plantas por generar electricidad a través de cogeneración. Así, un primer decreto en 2017 permitió reabrir las de Miralcamp y la de Vag, que volvieron a contar con una retribución que las hacía económicamente viables. Sin embargo, esta medida excluyó a las dos instalaciones más antiguas, la de Alcarràs y Tracjusa. El Alto Tribunal obligó al Gobierno a dotarlas también de primas y este lo hizo a finales de 2018, aunque rebajó la cuantía de estas ayudas.

Cada una de las cuatro plantas de Lleida recibirá primas hasta cumplir los 25 años de antigüedad.

Operarios trabajan estos días en las plantas de Alcarràs y Tracjusa. En la primera, propiedad del grupo Ignis, la empresa afirmó que ha llevado ya a cabo las inversiones necesarias para poner en marcha las instalaciones entre finales de este mes y principios de abril. La de Tracjusa, al igual que la de Vag, está en manos de la asociación GAP, que engloba a más de un centenar de ganaderos de Les Garrigues y que se constituirá en cooperativa para el tratamiento de purines. Los trabajos para reabrir la instalación cerrada se iniciaron hace dos meses y los propietarios esperan empezar a tratar deyecciones de forma gradual a partir de abril.

Cada una de las cuatro plantas de secado de purines de Lleida tiene capacidad para tratar 100.000 toneladas de deyecciones al año. Una vez las de Alcarràs y Tracjusa entren en funcionamiento, se restablecerá la capacidad de tratamiento anterior a los recortes, de 400.000 toneladas anuales en las zonas con mayor concentración de granjas del llano de Lleida.

La reapertura de las plantas de secado de purines facilitará la gestión de los excedentes que generan cientos de granjas en Lleida. Sin embargo, se trata de una solución con fecha de caducidad: cada una de estas instalaciones recibirá las primas que las hacen viables hasta alcanzar una antigüedad de 25 años. En el caso de la de Alcarràs, inaugurada en 1999, dejaría de recibirlas en 5 años. La de Tracjusa, de 2001, podrá cobrarlas durante 7 años, y la de Vag (2004) las tendrá hasta 2029. La de Miralcamp, la última construida e inaugurada en 2009, contará con primas un máximo de 15 años. El cierre de las plantas en 2014 y el límite temporal de las primas ha llevado a los ganaderos a buscar alternativas para la gestión de las deyecciones de sus granjas.

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