La Generalitat da por muerto al oso Pyros tras dos años sin rastro de él

La Generalitat ha dado por muerto al oso Pyros, el primer macho reintroducido desde Eslovenia en 1997 para recuperar la población de esta especie en el Pirineo. Tras dos años sin rastros, fotografías ni avistamientos, lo consideran fallecido al tratarse de un ejemplar muy viejo. Antes de desaparecer, su edad se calculaba ya en 27 años, lo que le situaba más allá de la esperanza de vida de los plantígrados en el medio natural, de un cuarto de siglo.

Con Pyros desaparece el último de los tres ejemplares con los que Francia inició el programa de reintroducción Life, financiado por la Unión Europea (UE). La hembra Giva fue también declarada muerta en 2012, después de dos años desaparecida; mientras que la osa Melba murió a los pocos meses de su reintroducción en 1997, como consecuencia de los disparos de un cazador. Además de Pyros, otro macho se ha dado también por muerto, mientras que un tercero lleva un año desaparecido.

Más de dos décadas después de que Francia liberase los primeros tres ejemplares, la población de osos se ha llegado a calcular en alrededor de 50. Sin embargo, la Generalitat afirmó ayer que solo ha detectado 40 a lo largo de 2018 (ver desglose). De esta cifra, la gran mayoría desciende de Pyros. Según la Generalitat, su descendientes son 55 ejemplares, si bien no todos viven en la actualidad. De ellos, 30 son hijos directos. Los únicos sin parentesco con él son los últimos plantígrados autóctonos del Pirineo occidental, los ocho reintroducidos con posterioridad, todos de origen esloveno; y algunos descendientes de estos últimos (ver claves).

Precisamente, el interés en evitar la endogamia y ampliar la diversidad genética fue el motivo para liberar cinco osos más en Francia en 2006; al macho Goiat en el Pallars Sobirà en 2016; y a dos hembras en el sector occidental del Pirineo francés el pasado mes de octubre.

El Govern cierra el censo de 2018 con 40 osos, menos que en 2017 El equipo del proyecto Pyroslife ha identificado a 40 osos en el Pirineo a partir de avistamientos y rastros a lo largo del año pasado, tres menos que los 43 de 2017. Así lo indicó el departamento de Territorio, que afirmó que la población de esta especie “se estabiliza”. Este descenso contrasta con el hecho de que Francia liberó dos hembras en el Pirineo occidental en octubre y que el censo en la cordillera se calculaba el año pasado en medio centenar. Entre los 40 verificados el año pasado hay 4 oseznos (nacieron cinco y uno murió), y todavía se desconoce cuántos han nacido durante el pasado invierno.