SEGRE

ESNOTICIA

“Han quemado mis 4.000 olivos y 1.000 frutales: ¿y ahora qué hago?”

Consternación de los agricultores al comprobar lo arrasado || Calcinada la Roca de la Mel, un paraje de Llardecans

Lluís muestra cómo las llamas calcinaron bancales en Llardecans pero se salvaron aquellos que estaban cultivados.

Lluís muestra cómo las llamas calcinaron bancales en Llardecans pero se salvaron aquellos que estaban cultivados.MAITE MONNÉ

Creado:

Actualizado:

En:

Todavía muy pendientes de la evolución del devastador incendio, en Bovera, Llardecans y Maials se empezaba a valorar ayer los estragos causados por las llamas. Los más damnificados eran, sin duda alguna, los agricultores. Ayer por la tarde, en la plaza de Bovera, una decena de vecinos, la mayoría de ellos payeses, hacían un corrillo en el que debatían si los servicios de extinción habían sido eficientes en este municipio de Les Garrigues. Muchos de ellos estaban indignados porque no les dejaron colaborar. Varios payeses fueron por la mañana a remojar fincas pese a la oposición de Mossos y Bomberos. Josep Prunera, un agricultor de 62 años, comprobó cómo el fuego había arrasado su finca de 35 hectáreas, 32 de olivos y tres de frutales (ciruelas), situada en el límite con Palma d’Ebre. “Estoy desolado. Con mi edad, ¿cómo lo hago para tirar de nuevo adelante con mi explotación? El fuego ha quemado todos los árboles”. Prunera dijo que “hubo personas que pusieron su vida en riesgo para salvar sus fincas, pero poco pudieron hacer”. El agricultor añadió que “en los próximos días podré ir mentalizándome de las pérdidas pero ¿qué banco me prestaría 100.000 euros con 62 años para arrancar de nuevo?”.

En Maials, la situación era parecida y los afectados se movían entre la resignación y la indignación. Norman Font explicó que las llamas arrasaron tres de las seis hectáreas de una de sus fincas de olivos. “El fuego llegó ayer [por el jueves] al mediodía, te sientes impotente porque poco puedes hacer”. Varios agricultores de Maials afirmaron que “no había prácticamente bomberos”. De hecho, Maials, Llardecans y Bovera son las zonas más al norte y la última del incendio, por lo que creen que “se priorizaron otras zonas”. Por su parte, Lluís, de Llardecans, mostraba cómo sus olivos se salvaron de las llamas. “Hacía unos días que había cultivado el terreno y se observa perfectamente que estas zonas más trabajadas no se han quemado”.

Además del perjuicio en la agricultura, el incendio ha causado un daño irreparable en los parajes de estos tres municipios. Es el caso de la zona conocida como Les Costes, con espacios de gran belleza como la Roca de la Mel, situado a unos cinco kilómetros del núcleo urbano de Llardecans.

Joan Sas, un joven de 29 años, lo describió cómo “un sitio que era ideal para ir a hacer una excursión a pie o en bicicleta, uno de mis espacios preferidos y una gran pérdida para todo el pueblo”.

Lluís muestra cómo las llamas calcinaron bancales en Llardecans pero se salvaron aquellos que estaban cultivados.

Lluís muestra cómo las llamas calcinaron bancales en Llardecans pero se salvaron aquellos que estaban cultivados.MAITE MONNÉ

Lluís muestra cómo las llamas calcinaron bancales en Llardecans pero se salvaron aquellos que estaban cultivados.

Lluís muestra cómo las llamas calcinaron bancales en Llardecans pero se salvaron aquellos que estaban cultivados.MAITE MONNÉ

tracking