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Cs veta el acuerdo en Alpicat, su edil renuncia a las concejalías y JxCat, otra vez sin mayoría

La formación naranja rechaza que su concejala colabore con el gobierno “separatista” de Joan Gilart || Esquerra pide evitar un “pacto de la vergüenza” mientras que la CUP denuncia “traición” y “egoísmo”

Imagen de archivo del pleno de investidura del alcalde de Alpicat.

Imagen de archivo del pleno de investidura del alcalde de Alpicat.AJUNTAMENT D’ALPICAT

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El acuerdo de JxCat para gobernar Alpicat con el apoyo de las dos ediles de Cs y el PSC saltó ayer por los aires, un día después de hacerse público. La dirección de la formación naranja vetó en un comunicado que su concejala, Cristina Latorre, colabore con el gobierno del “separatista” Joan Gilart (JxCat) y esta avanzó que seguirá el criterio del partido. “No podré trabajar por mi pueblo como a mi me hubiera gustado”, dijo. Ayer comunicó al primer edil su renuncia a ocupar las concejalías de Economía y Mujer que tenía asignadas en el nuevo cartapacio. A falta de cuatro días del pleno que debía aprobarlo, Gilart vuelve a encabezar un gobierno en minoría. Los concejales de su partido y la única socialista le dejan a solo un voto de la mayoría absoluta.

El grupo municipal de JxCat deberá modificar el cartapacio tras la renuncia de Latorre. Ayer estaba aún por decidir si mantendrán el pleno previsto para el martes o bien lo aplazarán. El pacto en Alpicat era uno de los pocos en Lleida donde independentistas pactan con socialistas; y el único donde lo hacían con Cs. Esto provocó rechazo tanto de Ciudadanos como desde formaciones independentistas.

El grupo de ERC en Alpicat, en la oposición, lo calificó como “pacto de la vergüenza” y apuntó que, para formar un gobierno estable, “lo más responsable hubiera sido un pacto entre Junts y Esquerra”. Sin embargo, cada una de estas dos formaciones atribuye la falta de acuerdo a desinterés de la otra. Por su parte, la CUP lamentó en redes sociales el “egoísmo” de personas que “venden la dignidad para seguir chupando como vampiros, a traición y sin escrúpulos”.

Tras las elecciones del 26-M, ERC buscó apoyo tanto de Cs como del PSC para lograr la investidura como alcaldesa de la republicana Montse Molina. En este caso, lo hicieron sin ofrecer áreas de gobierno ni salarios fijos en concepto de dedicación al consistorio (ver desglose). Tanto la concejala de Ciudadanos como la socialista se votaron a sí mismas en el pleno para elegir al alcalde, de modo ERC, CUP y Alpicat es Mou se quedaron a un solo voto de la mayoría absoluta, y Gilart fue reelegido como cabeza de la lista más votada.

Lleida

Un día antes del pleno de la investidura, el 14 de junio, la candidata republicana en Alpicat, Montse Molina, firmó una carta dirigida a la concejala de Cs, Cristina Latorre. La misiva, a la que ha tenido acceso este diario, daba las gracias a Latorre por su “apoyo a la investidura de la nueva alcaldesa” (algo que finalmente no sucedió) y exponía sus “compromisos” con el fin de que ambas formaciones pudieran colaborar “desde la discrepancia política”.

El ofrecimiento de ERC no incluía cargos en el gobierno, ni tampoco un salario fijo por dedicación al consistorio. Era algo que ni republicanos ni la CUP estaban dispuestos a dar. En cambio, ofrecían a la concejala de Cs participar en una comisión de cuentas “más activa, más transparente y que se reunirá más veces al año”. Como consecuencia de esta mayor actividad, apuntaba, “se pactarán retribuciones por la asistencia” a las sesiones. Asimismo, señalaba la creación de otras comisiones vinculadas a las diferentes concejalías. En una adenda manuscrita, se comprometía también a “crear una comisión de estudio y consulta de la concejalía de Políticas Sociales, con la remuneración pertinente”.

Tanto Latorre como Molina corroboraron la autenticidad de esta carta. Sin embargo, la edil republicana puntualizó que no se trata de una oferta específica para la edil de Cs, sino que el texto describe un acuerdo genérico que se ofreció al conjunto de grupos municipales. Esto también incluye a la concejala del PSC, a quien JxCat incluyó después en su acuerdo de gobierno, aunque solo en el caso de los contactos con Cs estos compromisos se recogieron por escrito.

Molina señaló que el objetivo era que cada área de gobierno estuviara ligada a un comité con representación de expertos, representantes de la sociedad civil y ediles tanto del gobierno como de la oposición. Todo ello, apuntó, con el fin de conseguir una mayor participación, mejorar el trato a la oposición y que las decisiones de gobierno fueran fruto de amplios consensos. Sin embargo, no hubo acuerdo con la edil de PSC ni con la de Cs (ver claves).

El pacto menos frecuente en los pueblos de Lleida Tanto la dirección de ERC como la de Junts instaron a sus respectivos ediles a buscar pactos entre las dos grandes fuerzas independentistas allí donde ninguna de las dos tuviera mayoría absoluta tras las elecciones del 26-M. Esto se cumplió en Lleida ciudad, con el pacto que incluye también al Comú; y en la Diputación. Sin embargo, solo ha habido pactos entre republicanos y socialistas en otros 5 municipios leridanos, mientras que han roto en 19 donde suman mayoría. En Tàrrega y Cervera, el PSC ha sido decisivo para decidir la alcaldía. Asimismo, JxCat y socialistas han pactado gobernar juntos en la diputación de Barcelona.

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