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Entierran por error a una difunta en el nicho de otra familia en Tremp

Los dueños encontraron una de sus 3 tumbas ocupadas en el cementerio del núcleo de Suterranya y llevarán el caso al juez || El consistorio dice que fue una confusión

El cementerio del núcleo de Suterranya, en Tremp.

El cementerio del núcleo de Suterranya, en Tremp.R.N.

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El ayuntamiento de Tremp enterró por error a una difunta en el nicho de otra familia en el cementerio del pueblo de Suterranya. Sucedió en enero, pero los propietarios no se encontraron con la tumba ocupada hasta este mes. Ayer mismo acudieron al consistorio a exigir explicaciones, y a la salida avanzaron que tienen intención de acudir a los tribunales. Por su parte, el segundo teniente de alcalde, Antoni Flores, atribuyó esta situación a una “confusión” debido a la proximidad entre los nichos de una y otra familia. Recalcó que “lo subsanaremos tan pronto como podamos hacerlo”.

El edil puntualizó que la normativa sanitaria fija un periodo mínimo de dos años antes de poder reabrir el nicho, lo que condiciona la actuación del consistorio. El ayuntamiento pidió disculpas a la familia propietaria del nicho ocupado, que reside en Barcelona y tiene una segunda residencia en Tremp.

Roberto Navas, miembro de la familia afectada, explicó que su madre pagó tres nichos hace 21 años. “Tengo todas las facturas que lo acreditan, así como recibos para demostrar que las tumbas son de nuestra propiedad”. Añadió que “además, tenían escrito el nombre de nuestra familia”. Navas se declaró “indignado” con el consistorio. “Veraneo en este pueblo desde que tengo seis años y nadie ha sido capaz de decirme nada, pese a que el entierro se hizo en enero. He tenido que verlo, pedir explicaciones, y me dicen que no pueden sacar a la vecina enterrada hasta que pasen dos años”. Apuntó que, tras constatar el error, se encontró el cementerio cerrado. “No he podido volver a entrar”, concluyó.

Navas Giménez llevará al juez al ayuntamiento de Tremp por ocupar uno de los tres nichos de su propiedad en el núcleo agregado de Suterranya donde a mediados de este mes se encontró enterrada a una vecina de esta población. El concejal de Obras de la capital del Jussà, Antoni Flores, admitió que fue un error del consistorio, una confusión debida a la continuidad de los nichos de una y otra familia que se subsanará en cuanto podamos hacerlo”. No obstante, Flores remarcó que la normativa sanitaria fija dos años antes de poder abrir el nicho. El consistorio pide disculpas a la familia y remarca que no ha habido mala fe, sino una confusión que se reparará.

Según Roberto Navas, su madre pagó las obras para hacer los nichos así como las tres tumbas en hilera vertical hace 21 años. “Tengo todas las facturas que lo acreditan y los recibos de que las tumbas son de nuestra propiedad. Además, tenían el nombre de nuestra familia puesto”, remarcó. Añadió sentirse “muy indignado con el comportamiento del consistorio, ya que veraneo en este pueblo desde que tengo seis años y nadie ha sido capaz de decirme nada sobre este supuesto error, cuando el entierro se hizo en enero. He tenido que verlo y pedir las oportunas explicaciones ahora. Además, me dicen que no pueden sacar a la vecina enterrada hasta que pasen dos años ya que no lo permite la normativa. Después de visitar el camposanto y darme cuenta de que incluso habían quitado el nombre de mi familia de los nichos, se cerró el cementerio, según el consistorio por seguridad, y ya no he podido entrar más”, explicó.

Los afectados exigen soluciones y descartan una permuta Antoni Flores indicó que el ayuntamiento de Tremp ha planteado una permuta de nichos en el cementerio de Suterranya ya que hay espacio para hacer un cambio, una solución que Navas declina “porque queremos los nichos juntos, como los teníamos antes”. Flores puntualizó que para poder actuar antes de que transcurran los dos años será preciso una orden judicial. En este sentido, la familia afectada asegura que comenzará a preparar el informe que llevará al juez en breve. “Reclamaremos toda la información al consistorio que tiene tres meses para remitirla. Queremos saber el por qué de esta decisión. Hubiera sido más sencillo si nos hubieran informado del error, lo hubiéramos entendido, pero el hecho de que hayan pasado ocho meses sin decir nada, nos ha molestado mucho”.

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