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El acusado de matar al cuñado en Torre-serona debía dinero a la víctima, según los Mossos

Los trabajadores del obrador coinciden que Puig-Gros estaba "nervioso" e "inquieto" el día del crimen y que les hizo terminar antes

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El empresario cárnico Josep Puig-Gros, acusado de matar al cuñado, Eduard Ardiaca, en el obrador que tenía en Torre-serona (Segrià) y trasladar el cadáver en el maletero de su coche hasta Barcelona, debía 170.000 euros a la víctima, según los Mossos de Esquadra. Los investigadores encontraron en la caja fuerte de la víctima dos pagarés de 110.000 y 60.000 euros que podía cobrar a partir del 1 de enero de 2018, seis meses después del crimen. Según los Mossos, las pruebas demuestran el vínculo económico y la dependencia que el acusado tenía con la víctima y aseguran que no encontraron ningún documento ni movimiento bancario que demuestre que el acusado le devolvió a Ardiaca el dinero que le debía. Lo han dicho durante la segunda jornada del juicio en la Audiencia de Lleida, en la que también han declarado trabajadores del obrador. Han dicho que el día de los hechos, el 19 de junio de 2017, el acusado estaba "nervioso" e "inquieto" y que les dijo que se marcharan a casa antes de tiempo.

Según ha declarado el subinspector de los Mossos d'Esquadra en Lleida, los investigadores sospecharon que el acusado estaba implicado con la desaparición de su cuñado ya antes de encontrar el cadáver en Barcelona porque en la declaración que fue a hacer Puig-Gros en la comisaría detectaron "incoherencias, mentiras y falsedades". El subinspector, además, considera que el acusado fue al campo de tiro para poder tener una coartada en caso de que la policía le encontrara restos de pólvora en las manos.

Con respecto a la situación económica de la empresa, la investigación de los Mossos concluye que era problemática y que en varios mensajes extraídos del teléfono del acusado figuraban reclamaciones de pago de algunos proveedores. También lo reconocen algunos de los trabajadores. "La empresa muy bien no iba", han declarado.

Según la policía, el acusado intentó en varias ocasiones refinanciar las deudas sin éxito y "la única opción" que tenía era su cuñado, quien le había hecho varios préstamos sin que exista, según la investigación, ningún documento ni movimiento bancario que demuestre que el acusado devolvió el dinero a la víctima.

Los trabajadores de la empresa también han declarado que el día del crimen, el 19 de junio de 2017, el acusado les dijo que se marcharan a casa antes de tiempo. La jornada de la mañana se alargaba hasta las 14h o más, pero aquel día les dijo que terminaran a las dos menos cuarto. "Tenía que acabar unos papeles pero me insistió bastante para que marchara", ha declarado la administrativa del obrador de Torre-serona.

Otro de los trabajadores ha explicado que cuándo volvió por la tarde vio una marca en el suelo que no estaba por la mañana y que llamó a Josep Puig-Gros. Este le dijo le había caído alguna cosa en el suelo. Los Mossos creen que la marca se hizo por el rebote de una de las balas disparadas. "No le di más importancia pero más tarde, al limpiar con la pistola de agua a presión encontré una bala. Entonces vi también un agujero en la pared. Me asusté y no le dije nada, pero al día siguiente lo comentamos entre los compañeros", ha declarado el trabajador.

Los Mossos comprobaron a través de las imágenes de varias cámaras de seguridad que el acusado había estado en la estación de Sants cinco días antes y había pedido un papel en una de las ventanillas. En las imágenes de las cámaras también se ve que fue el acusado quien condujo el coche de la víctima desde el obrador de Torre-serona hasta la calle Béjar de Barcelona, donde se descubrió el cuerpo de la víctima sin vida en el maletero tres días más tarde.

Las partes coinciden en pedir doce años por homicidio

Tanto la fiscalía como la acusación particular y la defensa considera que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio con el agravante de abuso de superioridad y piden doce años de prisión. No osbtante, el ministerio público entiende que se le tienen que aplicar los atenuantes de reparación del daño y de confesión mientras que la defensa añade el atenuante de obcecación.

Los hechos pasaron el 19 de junio de 2017. La mujer de la víctima denunció la desaparición al día siguiente y el cuerpo fue localizado al cabo de 3 días, el 23 de junio después de la alerta de varios comerciantes de la calle por el fuerte olor que salía del coche.

Josep Puig-Gros confesó los hechos el mes de febrero pasado en una comparecencia a petición propia en el juzgado que lo ha investigado. Hasta entonces y desde su ingreso en la prisión el 24 de junio de 2017, había negado ser el autor material de los hechos a pesar de los indicios que lo incriminaban.

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