La laguna de la Unilla de Almenar reaparece tras las intensas lluvias de los últimos meses

Las intensas lluvias de octubre y del pasado mes de enero han hecho aflorar la laguna natural del Clot de la Unilla, entre Almenar y Alguaire. La última vez que apareció fue en 2018, tras un año de precipitaciones que batieron todos los récords, aunque no alcanzó las dimensiones de 1997, cuando llegó a superar las 20 hectáreas de superficie. Volvió a surgir en el año 2000 y 2004 con unas dimensiones de unas 15 hectáreas.

La de la Unilla es una de las pocas lagunas endorreicas de Catalunya, es decir, que se nutre con agua de lluvia, ya que la capa freática del subsuelo es de arcilla y hace que el agua se canalice hasta el Clot. En la actualidad, y dada la cantidad de precipitaciones por la DANA del pasado otoño y el temporal Gloria, se prevé que puede alcanzar las 20 hectáreas de 1997. De hecho, ya se puede observar un gran número de aves y han llegado a la zona los primeros ornitólogos.

El Clot de la Unilla está declarado como zona de especial protección para las aves (zepa) y atrae a numerosas especies de fauna y, en consecuencia, de estudiosos y ornitólogos, ya que en ocasiones se han llegado a avistar bandadas de más de 200 ejemplares. El proyecto para proteger cerca de 3.000 hectáreas de los Plans de la Unilla, tal como planteaba la Red Natura 2000, provocó hace quince años enérgicas protestas de payeses y ganaderos de Alguaire, Almenar, Alfarràs, Torrefarrera, Alpicat y Rosselló. Se organizaron manifestaciones y más de 200 cargos de entidades agrarias de Almenar amenazaron con dimitir si se creaba la zepa con la extensión prevista. Finalmente, la presión hizo que la Generalitat redujera a la mitad, unas 1.500 hectáreas, la extensión de la zepa.

Por otra parte, la alcaldesa de Almenar, Teresa Malla, indicó que el ayuntamiento está a la espera de ayudas para renovar los carteles indicadores de la zona protegida. Los ayuntamientos de Almenar y Alguaire acordaron sustituir todos los paneles informativos del Clot de La Unilla porque el sol y las inclemencias meteorológicas han ido desdibujando los mapas y carteles. Por ello, en la actualidad no hay ninguna señal en la que se pueda leer la información, lo que ha motivado quejas de los visitantes de este emblemático espacio natural del Segrià.

Cabe recordar que las lluvias del otoño y este mes de enero han hecho brotar las aguas de la vall Major que han inundado más de 400 hectáreas de cultivos de Maials y Llardecans (ver SEGRE del jueves).