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Castellserà 8-M: un mes del primer brote

Una mujer que llamó al 112 al morir una vecina tras un viaje del Imserso a Benidorm acabó siendo el primer positivo detectado en Lleida || Este caso hizo saltar todas las alarmas en Ponent

Un mosso con mascarilla y guantes el día que se desplegó el protocolo por coronavirus en Castellserà.

Un mosso con mascarilla y guantes el día que se desplegó el protocolo por coronavirus en Castellserà.SEGRE TÀRREGA

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Hoy se cumple un mes del 8-M. Era un domingo en el que la inmensa mayoría de localidades leridanas celebraron actos festivos con motivo del Día Internacional de la Mujer. También fue el día en el que por primera vez en la provincia, más concretamente en Castellserà, se activó el protocolo sanitario por coronavirus después de que falleciera en su domicilio una mujer mayor y una vecina que había participado con ella en un viaje del Imserso a Benidorm llamara al 112 para alertar que tenía síntomas del virus. Parecía poco probable (no había habido ningún caso en Ponent) pero lo cierto es que esta mujer, de 84 años, acabó siendo solo 24 horas después el primer positivo por Covid-19 en Lleida e hizo saltar todas las alarmas. Ingresó en el Arnau de Vilanova y dos semanas después , el día 23, acabó muriendo. En cambio, la mujer que fue encontrada muerta en su casa en Castellserà el 8-M no falleció por esta causa.

Con el paso de los días trascendió que prácticamente la totalidad de los primeros contagiados en las comarcas de Lleida habían participado en el viaje del Imserso a Benidorm. Fue el primer gran foco de la pandemia en Ponent y obligó a confinar a más de una cincuentena de personas de municipios como Tàrrega, Montgai, Camarasa o Ivorra. Habían regresado todos ellos en el mismo autocar y, aunque algunos no presentaban síntomas, debieron permanecer aislados en sus domicilios de forma preventiva. Dieron positivo una treintena de personas y varias de ellas acabaron siendo hospitalizadas. Algunas perdieron la vida.

Apenas dos semanas después de que fuera diagnosticada, acabó falleciendo en el hospital

Al menos 30 personas que hicieron el viaje del Imserso a Benidorm dieron positivo y varias han muerto

En Castellserà, el ayuntamiento actuó con celeridad y fue el primero en tomar medidas e imponer restricciones que hace un mes podían parecer severas pero que con el paso de los días se ha demostrado que eran vitales, como el cierre de la biblioteca municipal y la Llar de Jubilats. El alcalde, Marcel Pujol, reconoce que “en un primer momento llegué a pensar que el dispositivo era exagerado, pero se ha demostrado que hicimos lo más adecuado y evitamos que hubiera más contagios”. Tras el ‘caso Castellserà’, los brotes de positivos fueron apareciendo por diferentes localidades leridanas y, especialmente, en las residencias de ancianos, debido a la transmisión comunitaria y a que durante días pasaron desapercibidos. Ocurrió por ejemplo en la Segarra a causa de su proximidad con L’Anoia, donde se ha producido el principal brote de Catalunya, que ha provocado el confinamiento total de la Conca d’Òdena. Uno de los mayores problemas, sino el mayor, ha sido la falta de tests para confirmar casos sospechosos. Hoy, apenas 31 días después, más de 1.100 personas han dado positivo y alrededor de 90 han perdido la vida en Lleida, donde sus ciudadanos han visto cómo la vida y la rutina han hecho un giro de 180 grados que jamás se habrían imaginado.

“Había repartidores que no querían venir al pueblo”

El alcalde de Castellserà, Marcel Pujol, explica que “parecía imposible que el coronavirus hubiera llegado al pueblo, fue muy duro. Ahora, con el paso de las semanas, estoy satisfecho por las medidas que tomamos en el ayuntamiento, que han supuesto que los contagiados hayan sido mínimos”. Durante varios días, esta localidad del Urgell fue el epicentro de la crisis en Lleida. “La gente tenía miedo. Había repartidores que no querían venir al pueblo”, recuerda Pujol. También critica que “no se incidiera sanitariamente más rápido con todas aquellas personas que habían ido de viaje a Benidorm”. El alcalde lamenta “los casos de las personas mayores que han perdido la vida en el último mes por esta crisis, algunas de ellas ingresadas en la residencia de La Fuliola, donde también ha habido un foco, y que no han podido tener un funeral”. Respecto a la actividad en la localidad, afirma que “afortunadamente gran parte de la población se dedica a la agricultura y a la ganadería, que es un sector esencial”. Y destaca otro aspecto positivo: “la solidaridad de los vecinos, capaces de hacer mascarillas para el CAP de Tàrrega y otros centros sanitarios”.

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