Naturaleza con coto

Las masificaciones han sido la tónica este verano en espacios naturales y protegidos del Pirineo de Lleida como el Parc Natural de l’Alt Pirineu, el Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici o el congosto de Mont-rebei, además de las zonas con playas de interior (Camarasa o Salàs de Pallars). Los colapsos en el medio natural han abierto el debate sobre la necesidad de regular los accesos a estos enclaves con el objetivo de preservar el entorno, reducir riesgos y evitar que estas destinaciones pierdan su idiosincrasia como lugares de calma. Entidades excusionistas han reclamado esta semana una ordenación de accesos en puntos concretos del territorio después de las imágenes del puente de la Diada de colas para hacerse una foto en la Pica d’Estats. El director del Parc Natural de l’Alt Pirineu i Aran, Marc Garriga, admite que este verano se han batido todos los récords de visitantes y que junto con la EMD de Àreu y el ayuntamiento de Alins, titulares de 5.000 hectáreas de la zona forestal, ya trabajan en la creación de una ordenanza que regule el acceso y permita aumentar la seguridad de los visitantes, ya sea optimizando las plazas de los vehículos que suben hasta los aparcamientos o priorizando la contratación de transporte público. En el Parc Nacional d’Aiguestortes i Estany de Sant Maurici el acceso motorizado está restringido al servicio de taxis del parque, aunque en los parkings es donde se registra una mayor concentración de visitantes. En Mont-rebei se está tramitando un regulación y es necesario hacer reserva previa para el parking de la Masieta. Por su parte, la Federación de Hostelería de Lleida ha reclamado una gestión integral de los espacios naturales, también turísticamente, porque es uno de los motores esenciales de la economía y se debe gestionar correctamente. Se ha mostrado crítica con limitar los usos del parque natural y ha apuntao que las masificaciones son puntuales, “una situación excepcional” y que hace falta una “sensibilidad turística” en la naturaleza. Ayuntamientos y agentes locales se muestran favorables a una regulación y la secretaria de Medio Ambiente de la Generalitat, Marta Subirà, incidió en la necesidad de encontrar un equilibrio entre el ocio, preservar la naturaleza y el aprovechamiento turístico. “La regulación no será homogénea, sino específica”, dijo

Aran controla los aforos en los espacios naturales La Val d’Aran ha comenzado este verano a controlar el aforo en los principales enclaves naturales para garantizar la seguridad y evitar aglomeraciones. Lo ha hecho en un mes de agosto que ha registrado los mejores números de ocupación de los últimos diez años. El gran volumen de turistas ha favorecido la economía local en plena crisis por la Covid. De esta forma, se han limitado la zona de la Artiga de Lin, Varradòs, Aiguamòg o Bausen, con barreras en los parkings y prohibiendo el acceso cuando han estado completos.