El albergue de Bellpuig, para confinar a personas sin casa

El albergue de Bellpuig prestará a partir de esta semana el servicio de acogida a personas que deben estar confinadas, por ser positivos asintomáticos o muy leves de Covid o por ser contactos estrechos y que no pueden permanecer aislados en el domicilio, ya sea porque carecen de él o porque viven en pisos muy precarios. Así lo explicó el delegado del departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias en Lleida, Vidal Vidal, que destacó que este equipamiento ha sido puesto a disposición de la Generalitat de forma gratuita por el ayuntamiento de Bellpuig. Su alcalde, Jordi Estiarte, manifestó que, a raíz de que la Generalitat les pidiera poder disponer de esta instalación, “la colaboración del consistorio ha sido máxima para contribuir a la lucha contra la Covid”.

El albergue ya fue equipado en agosto en previsión de que fuera necesario para cribados o aislamientos durante la campaña frutícola, pero finalmente no fue necesario activarlo. Estiarte detalló que cuenta con 65 plazas, pero solo acogerá un máximo de entre 30 y 35 personas, una por habitación. Hasta ahora, era la granja escuela La Manreana de Juneda la que acogía este servicio, después de que durante el verano también lo hicieran los hoteles Rambla de Lleida ciudad e Ibis de Torrefarrera. El pasado viernes, en la Manreana había ocho personas.

Esta entidad se encargará de gestionar el servicio, que en principio estará vigente hasta el 31 de marzo

Vidal señaló que la gestión corre a cargo de Creu Roja, que está ultimando la contratación del personal necesario para las distintas funciones como por ejemplo el comedor, lavandería o el traslado de las personas que deban ser aisladas desde el punto en que se encuentren hasta Bellpuig. Indicó que el contrato se extiende inicialmente hasta el 31 de marzo.

Por otro lado, Vidal anunció que la delegación de su departamento ha constituido sendos equipos de 22 y 5 personas, el primero para el llano y el segundo para el Pirineo, que se encargarán de hacer un seguimiento exhaustivo de la situación de las distintas residencias, ya sean de ancianos, salud mental, discapacitados u otras, manteniendo un contacto constante con sus responsables. El primer equipo tendrá su sede en Lleida y el segundo en Tremp y sus responsables son profesionales que ya habían supervisado o trabajado en estos ámbitos dentro de la administración.