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Junts exige a Erta, del PDeCAT, la presidencia de la Alta Ribagorça y ella se niega a cederla

Nueve ediles invocan un pacto según el cual el cargo debía pasar tras dos años al expresidente Josep Lluís Farrero || La presidenta afirma que este se negó a compartirlo y considera el acuerdo invalidado

El día de la formación del consell a la que no asistió Farrero.

El día de la formación del consell a la que no asistió Farrero.SEGRE

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Los nueve concejales de JxCat de El Pont de Suert y La Vall de Boí, siete de ellos en el equipo de gobierno del consell de la Alta Ribagorça, firman una carta en la que exigen a la presidenta del ente comarcal, Maria José Erta, que renuncie al cargo que ha ejercido durante los últimos dos años para cedérselo al anterior presidente y actual conseller comarcal de JxCat, Josep Lluís Farrero. Entre los firmantes de esta misiva se encuentran algunos de los principales dirigentes en la comarca de la nueva Junts, el partido de Carles Puigdemont. Por su parte, Erta, del PDeCAT, aseguró que no tiene intención de abandonar la presidencia.

La reclamación a Erta se basa en un pacto interno de JxCat de 2019, antes de la ruptura entre la nueva Junts y el PDeCAT.

Tanto Farrero como Erta aspiraban a la presidencia del consell y, en principio, aceptaron compartirla. Los dos primeros años para ella y los dos últimos, para él.

Ahora los firmantes de la carta exigen cumplir ese acuerdo.

Entre ellos destacan el propio Farrero; el alcalde de El Pont de Suert, José Antonio Troguet; y la segunda teniente de alcalde de este municipio, Marta Rollan. Los tres son miembros de Junts, mientras que hay militantes y simpatizantes del partido entre los demás ediles que apoyan esta petición.

En cambo, no la ha secundado ninguno de Vilaller, donde Erta es alcaldesa.

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La carta está datada el 25 de julio, se entregó al consell el 9 de agosto y no ha recibido respuesta formal.

Por su parte, Erta dijo que no está dispuesta a ceder la presidencia porque considera que el acuerdo quedó invalidado poco después de cerrarlo, y culpó de ello a Farrero. El expresidente no acudió al pleno de investidura y amagó con renunciar como conseller comarcal.

Finalmente no lo hizo y tomó posesión del cargo meses después, en octubre.

Erta le atribuyó además “reiteradas ausencias, la no asistencia a plenos y no cumplir con su dedicación” y lo atribuyó a que “no aceptó ser presidente solo dos años”. Todo ello justifica, a juicio de la presidenta, que el pacto pueda considerarse sin efecto.

Por su parte, Farrero insistió en que el acuerdo recibió el aval de todos los ediles de JxCat de la comarca y que fueron los votos de los consellers de esta formación política los que la escogieron como presidenta. “Sin esos votos no estaría en el cargo”, puntualizó. Negó categóricamente que se opusiera a coger el acta de conseller comarcal y dijo que tomó posesión “cuando se convocó el pleno”. Frente a los argumentos de Erta, dijo que “los pactos se cumplen”. Tanto él como otros firmantes de la carta desvincularon su reivindicación del hecho de que Erta sea del PDeCAT.

El consell de la Alta Ribagorça tiene 19 miembros, de los cuales once son de JxCat, tres son de ERC, tres del Comú y dos de la candidatura de Progrés, vinculada al PSC.

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