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REPORTAJE SERVICIOS

Más de 130 municipios de Lleida no tienen oficinas bancarias y sus vecinos deben desplazarse a otros pueblos para obtener efectivo

Entre los años 2008 y 2019 cerraron la mitad de las sucursales, y a partir de enero Caixabank solo atenderá con cita previa en al menos ocho poblaciones

Un viaje hasta el banco

Un viaje hasta el bancoX. SANTESMASSES

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Hasta 132 de los 231 municipios de Lleida no disponen de una oficina bancaria, lo que significa que unos 40.000 leridanos deben desplazarse a otra localidad para poder hacer trámites u obtener dinero en metálico. Esto hace que los vecinos de pueblos sin sucursales tengan que ingeniárselas para acceder a efectivo. Es el caso, por ejemplo, de El Cogul, donde no tienen cajero y los más próximos son los de Castelldans o Artesa de Lleida.

La alcaldesa, Anna Torres, explicó que los hijos de los vecinos más mayores tienen sus cartillas y les traen el dinero. En Castell de Mur tampoco han tenido nunca una sucursal y los vecinos deben ir a Tremp, a unos 10 minutos en coche. El primer edil, Josep Maria Mullol, aseguró que algunos aprovechan el mercado del lunes en la capital del Jussà para ir al banco.

El alcalde de El Poal, Rafel Panadés, recordó que su oficina del BBVA cerró en 2015, pero consiguieron mantener el servicio a través de un agente autorizado que les visita dos días a la semana. Algo parecido sucedió en Sant Guim de Freixenet (ver testimonios). Según un estudio del Laboratorio de Análisis y Evaluación de Políticas Públicas (IvieLAB), en 2008 había 587 oficinas en Lleida, y en 2019 quedaban la mitad, 290.

La pérdida de sucursales es algo que afecta a la gran mayoría de entidades bancarias. Fuentes sindicales explicaron que este año una decena de oficinas del BBVA se han quedado con un agente autorizado, entre ellas las de El Palau, Artesa de Lleida y Bell-lloc. Por su parte, empleados del Santander señalaron que actualmente solo cuentan con 13 sucursales en toda Lleida.

Además, las oficinas de CaixaBank en Camarasa, Vilaller, Barruera, Montgai, Verdú, Coll de Nargó, Montellà i Martinet y Salardú abrirán solo con cita previa a partir del 1 de enero, aunque el cajero se mantendrá. Fuentes de esta entidad remarcaron que esto solo implicará “un cambio en el modelo de atención”, aunque la decisión ha provocado quejas de alcaldes y en Camarasa ha habido protestas. Para paliar el problema de acceso al dinero en efectivo en los pueblos, la Diputación plantea una prueba piloto para instalar cajeros.

El vicepresidente Jordi Latorre recordó que está dotada con 500.000 euros y explicó que se buscarán fórmulas para poder hacerlo. Por su parte, Correos desplegará cajeros en pueblos de 500 a 3.000 habitantes.

Un viaje hasta el banco

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