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HISTORIA ARTE

Homenaje a los impulsores de los museos diocesanos

La jornada se desarrolló en el Museu de Solsona, Diocesà i Comarcal.

La jornada se desarrolló en el Museu de Solsona, Diocesà i Comarcal.

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Reconocer la acción y rendir un homenaje a todos aquellos sacerdotes eruditos que, durante la mayor parte del siglo XX, trabajaron a favor del patrimonio desde los museos diocesanos, los archivos y la investigación histórico-artística y arqueológica. Este era el objetivo de la cuarta edición de la Jornada de Museus i Patrimoni de l’Església a Catalunya, celebrada ayer en el Museu de Solsona con la presencia de medio centenar de estudiosos del patrimonio de toda Catalunya, desde historiadores, arqueólogos y museólogos hasta archiveros, historiadores del arte e incluso arquitectos. Uno de los coordinadores del encuentro, el historiador y conservador del Museu de Lleida Alberto Velasco, explicó que el objetivo era “revitalizar algunas figuras fundamentales en la historia de museos de Catalunya, ya sea contemporáneos o discípulos de mosén Josep Gudiol, impulsor del Museu Episcopal de Vic”. En este sentido, el historiador de la Universitat de Lleida Quintí Casals ofreció una conferencia sobre mosén Joan Fusté, el que fuera primer conservador del Museu Diocesà de Lleida desde 1916. Velasco comentó que “se trata de una figura poco conocida ahora pero muy importante en la historia del museo que había creado el obispo Meseguer 23 años antes, en 1893, ya que se encargó de elaborar el primer inventario de piezas”. Velasco recordó que mosén Fusté, originario de Les Borges Blanques, “dejó el Diocesà en 1925 para trasladarse a la parroquia de Albelda, donde siguió su labor de investigación patrimonial, incluso en el terreno arqueológico, pues en 1943 descubrió y excavó el yacimiento de Els Castellassos, un enclave de época ibérica muy importante”.

La jornada sirvió así para poner en valor el momento fundacional de museos como el de Vic o el de Lleida y la labor de recuperación patrimonial que llevaron a cabo muchos personajes de la Iglesia para evitar que obras de arte fueran objeto de expolio o cayeran en manos de anticuarios. En este sentido, también fue un espaldarazo a figuras como la del obispo Meseguer, ‘maltratada’ en el largo litigio que enfrenta al Museu de Lleida con la diócesis de Barbastro-Monzón por un centenar de obras de parroquias aragonesas.

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