SEGRE

PATRIMONIO BRONCE

Exponen un crisol ibérico hallado en la plaza Cap de Vila de Guissona

Josep Ros muestra la pieza antes de colocarla en su nueva vitrina.

Josep Ros muestra la pieza antes de colocarla en su nueva vitrina.

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El Museu Eduard Camps de Guissona expone desde ayer jueves un crisol de la etapa final del bronce. Se trata de un pequeño horno de 17 centímetros de diámetro hecho de grafito con base de arcilla. Según el director del museo, Josep Ros, servía para la fundición de bronce que posteriormente se vertía sobre moldes para fabricar joyas, monedas, figuras escultóricas o incluso la punta de una lanza o flecha. El interior del recipiente presenta el color verdoso del bronce fundido. Lo encontró un albañil de Guissona, Àngel Bacardí, el pasado verano mientras llevaba a cabo la reparación en una de las casas de la plaza de Cap de Vila, situada en la parte alta de la zona histórica. El objeto fue trasladado para su estudio y restauración a la Universidad Autònoma de Barcelona.

Josep Ros explicó que la plaza de Cap de Vila es un espacio contiguo al yacimiento ibérico ya excavado en 1933 por el arqueólogo del Institut d’Estudis Catalans, Josep Colominas, en la plaza del Vell-pla. Los hallazgos, básicamente cerámica, se situaban entre los siglos VIII y VII a.C. El poblado fue abandonado en el siglo IV a.C. Las excavaciones de Colominas permitieron también localizar en la zona los primeros restos de la ciudad romana, concretamente unas conducciones de agua. El trabajo de Colominas fue completado por las aportaciones del historiador local y médico de la época, Eduard Camps, que da nombre al museo de la población.

Los hallazgos, básicamente cerámica, se situaban entre los siglos VIII y VI antes de Cristo.

Según Josep Ros, en Guissona es difícil encontrar restos del poblado ibérico. De un lado, por la gran superficie que ocupaba la ciudad romana, y de otro, porque todo el conjunto arqueológico está ubicado en el mismo subsuelo de la actual ciudad.

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