SEGRE

Paisajes leridanos de novela

Se cumplen veinte años de la publicación de la primera obra de ficción ambientada en Lleida, ‘Traïdors i covards’, de Emili Bayo || Pep Coll y Maria Barbal abrieron camino para convertir el Pirineo en referente literario

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.JOAN BLANCO

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Pep Coll y Maria Barbal ya hacía años que habían convertido el Pirineo en escenario de sus libros, pero el llano parecía reservado a plumas del otro lado de la frontera administrativa. Desde la Franja se postulaba en 1988 un firme candidato al Nobel, el ya fallecido Jesús Moncada, autor de la imprescindible Camí de sirga. Bayo abrió el camino, pero pronto dejó de estar solo. Este Sant Jordi se publica Seixanta-vuit (Pagès), la segunda entrega de las aventuras de Rafel Rovira, un detective con despacho en el número 37 de la calle Cavallers. Su creador es Ramon Usall, que en esta ocasión traslada la acción de Lleida al París de mayo de 1968. “Si tengo que quedarme con una etiqueta me quedo con la de glocal”, dice. “Rafel Rovira es más de Lleida que Indíbil, pero eso no significa que no pueda viajar”.

No es la única novedad ambientada en las comarcas de Lleida. Ramon Solsona novela el boom de la ingeniería hidroeléctrica que se desarrolló en la Vall de Cardós en los años 60 en Allò que va passar a Cardós (Proa). La novela se traslada al Pallars Sobirà de 1965, cuando miles de trabajadores excavan kilómetros de galerías subterráneas, pozos verticales y centrales insertadas en las montañas. Tras pasar un día en Ribera de Cardós alguien le comentó a Solsona que no siempre había sido un lugar tranquilo, ya que durante 15 años se vivió una vorágine de obras “invisibles” que perforaron el interior de las montañas, y ese comentario le llevó a escribir una novela de intriga ambientada en el contexto del choque cultural que produjeron estas obras faraónicas.

En 1988 se publicó ‘Camí de sirga’, la obra de Jesús Moncada que convirtió Mequinensa en un mito

La Vall d’Àssua ha convertido en reclamo turístico la literatura de Jaume Cabré o Maria Barbal

El Pirineo ha dado tanto juego literario en los últimos años que hasta hay rutas que conjugan turismo y literatura en la Vall d’Àssua, donde Jaume Cabré ambientó una de las novelas más premiadas y traducidas de los últimos años, Les veus del Pamano (2004). Anteriormente, la reconocida escritora Maria Barbal también había trasladado a sus lectores a este rincón pirenaico en Pedra de tartera, Mel i metzines y País íntim. Pero más allá de Àssua, son muchos los lugares del Pirineo que han sido inmortalizados en la literatura. El mismo Cabré sorprendió a toda Europa con una novela monumental, Jo confesso (2011), ambientada en parte en Sant Pere del Burgal.

Unos se inspiran en la historia, otros, en la actualidad. El periodista Carles Porta debutó con gran éxito en la literatura con Tor, tretze cases i tres morts (2005). Con un estilo narrativo muy vivo en el que se desdibuja la frontera entre realidad y ficción, Porta nos descubrió el Pirineo que no sale en las guías turísticas. Un caso parecido al de Pep Coll con la novela que acaparó todos los premios en 2013: Dos taüts negres i dos de blancs. El autor recrea un crimen atroz que sucedió en Carreu (Pallars Jussà) en 1943, cuando una pareja de masovers y sus hijas pequeñas fueron brutalmente asesinados. Era de dominio público quién los había matado, pero el caso nunca llegó a juicio y los autores de aquel baño de sangre quedaron impunes. El Pirineo es su hábitat natural. En El segle de la llum (1997) transportó a los lectores a la Vall Fosca de principios de siglo XX para explicar la odisea que supuso la construcción de las primeras centrales hidroeléctricas. Incluso encontró una isla en un mar de montañas e hizo naufragar a un particular Robinson Crusoe en El salvatge dels Pirineus (2005).La literatura de Km0 ha llegado para quedarse.

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.JOAN BLANCO

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.JOAN BLANCO

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.JOAN BLANCO

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.JOAN BLANCO

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.JOAN BLANCO

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.JOAN BLANCO

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.JOAN BLANCO

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.

El paisaje de la Vall d’Àssua ha inspirado a Cabré y Maria Barbal.JOAN BLANCO

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