Puig ya es conseller de Cultura

El nuevo conseller de Cultura, Lluís Puig (Terrassa, 1959) tomó este miércoles posesión de su cargo en un acto en el Palau de la Generalitat, presidido por el president, Carles Puigdemont, y aseveró que entiende la cultura como “motor de libertad, una herramienta de transformación social”. El traspaso de carteras entre su predecesor, Santi Vila, que asume la conselleria de Empresa i Coneixement, está previsto para hoy jueves.

Puigdemont, que recordó el trabajo de Vila, agradeció a Puig su “compromiso” y “firmeza” para aceptar el cargo y le describió como un hombre solvente a nivel cultural, con prestigio en el sector. El nuevo conseller aseguró que todos los ámbitos culturales están necesitados y que no priorizará ninguno en especial, y añadió que con todos se trabajará transversalmente, desde los micropueblos de Catalunya hasta la gran capital.

Con una larga trayectoria en la conselleria, dijo que bajo la presidencia de Artur Mas le tocó gestionar una caída en el sector de la cultura importantísima, mientras que con Puigdemont el sector ha cogido un poco de “musculatura, energía y optimismo”, que ayuda a tirar hacia adelante.

Por otra parte, en declaraciones a Catalunya Ràdio , se refirió a los recelos y las críticas recibidas desde algunos sectores por venir del ámbito de la cultural popular: “Si a alguien le da alergia la palabra folclore, lo siento. Es la sabiduría de un pueblo y mi cultura popular me lleva a entender de grafitis y de muchas obras de arte contemporáneas”.

El litigio del arte sacro, el conflicto más “urgente” que hereda El conflicto más “urgente” que tendrá que asumir Puig es el litigio por el arte del Museu de Lleida procedente del monasterio de Sigena. El martes, la Generalitat presentó un recurso de reposición ante el juzgado número 1 de Huesca en contra de la última resolución que ordena el traslado a Sigena, antes del 31 de julio, de 44 obras de arte que conserva el Museu de Lleida desde hace décadas. Este miércoles en declaraciones a Catalunya Ràdio afirmó al respecto que “es una patata caliente, pero las parrillas están puestas y tendremos que jugar”, al tiempo que pidió más tiempo para situarse.