SEGRE

POLÍTICA CULTURAL

Nuevo conseller, viejo litigio

Lluís Puig se suma a la larga lista de responsables del departamento de Cultura de la Generalitat ‘afectados’ por el enfrentamiento con Aragón por el arte del Diocesà || Santi Vila le deja también en ‘herencia’ la reclamación de obras del monasterio de Sigena al Museu de Lleida y al MNAC

Puigdemont nombra a Lluís Puig Gordi como nuevo conseller de Cultura

Puigdemont nombra a Lluís Puig Gordi como nuevo conseller de Cultura

Creado:

Actualizado:

En:

El pasado viernes, apenas dos días después de tomar posesión como nuevo conseller de Cultura, Lluís Puig recibió de manos de un secretario judicial el requerimiento de la jueza de Huesca Carmen Aznar que le ordena entregar antes del 31 de julio las 44 obras de arte de Sigena que se conservan desde hace décadas en el Museu de Lleida.

Dejando de lado el ‘problema’ del referéndum al que hace frente todo el Govern, Puig ha heredado en su departamento una auténtica ‘patata caliente’, el litigio del arte con Aragón. No es el primer conseller afectado, y probablemente tampoco será el último. De hecho, ya es el octavo máximo responsable del departamento de Cultura de la Generalitat desde que se desató la segregación de parroquias en 1995 y la consiguiente reclamación del obispado de Barbastro-Monzón.

Por cierto, una demanda sobre poco más de un centenar de obras de arte que en casi dos décadas de litigio ha llenado decenas (o centenares) de páginas en la prensa y folios en los juzgados, pero que siguen conservándose en el Museu de Lleida. Un litigio que estuvo a punto de cerrarse con la consellera Caterina Mieras a principios de 2006 –con los presidentes Pasqual Maragall y Marcelino Iglesias en la sombra–, que ideó un acuerdo que al final no acabó por convencer a nadie, sobre todo al obispado de Barbastro que, con los decretos favorables del Vaticano en mano, insistió en que las obras eran suyas y solo suyas.

Y como desde entonces las piezas no se mueven, desde Aragón se han acogido al clavo ardiente del monasterio de Sigena, un litigio con antecedentes aún más lejanos, que se remontan al inicio de la Guerra Civil por lo que se refiere a la reclamación de las pinturas murales que se exhiben en el Museu Nacional d’Art de Catalunya.

También, cómo no, se ve afectado el Museu de Lleida, que conserva en depósito de la Generalitat 44 obras originarias del monasterio que fueron adquiridas a la comunidad de monjas en varias operaciones entre principios de los años 80 y principios de los 90, con los consellers Max Cahner y Joan Guitart al frente de Cultura en aquella época.

El conseller Puig publicó un tuit el viernes con la foto recibiendo el nuevo requerimiento judicial. El President Puigdemont le contestó: “molts ànims, conseller”. Pues eso.

Un relevo 16 meses después del pacto frustrado de Vila con Aragón En enero del año pasado, Santi Vila llegó a la conselleria de Cultura y, en poco más de un mes, entró en el conflicto de Sigena como elefante en cacharrería. En febrero se reunió en Zaragoza con su homóloga del gobierno aragonés, acordó entregar medio centenar de obras conservadas en el MNAC y reabrió la puerta a la gestión compartida del arte. Abierta la caja de los truenos, el ‘entorno’ –llámese Convergència y sobre todo Esquerra– paralizó un acuerdo que en Lleida provocó la movilización de entidades culturales, con manifiesto incluido de apoyo al Museu de Lleida. Eso sí, en julio de 2016, las 53 obras del MNAC ‘prometidas’ llegaron a Sigena. La conselleria, ahora en manos de Lluís Puig, tiene de plazo judicial hasta el próximo día 31 para entregar las 44 del Museu de Lleida. Puig ya dijo esta semana que todo lo que tiene que ver con Sigena es “un despropósito”.

tracking