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ENTREVISTA

“El arte sirve para transformar la realidad y hablar desde la metáfora”

VALERIA PÍRIZ | directora de ‘diez de cada diez’

“El arte sirve para transformar la realidad y hablar desde la metáfora”

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Dirección: Valeria Píriz.

nació a partir de una serie de 12 feminicidios ocurridos en 2015 a Uruguay. ¿Por qué se planteó convertirlo en teatro?

Me impactó mucho leer las noticias sobre ello. Paralelamente, se acercaba el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, y la coordinadora de feminismos de Uruguay también me convocó para hacer una obra. Se juntaron una serie de situaciones. Yo venía de trabajar con otros proyectos que ya tenían que ver con el género, es un tema que me interesa y empecé a investigar y a trabajar en la performance. Uruguay es uno de los países con mayor índice de feminicidios, de muertes por violencia de género y quería visibilizarlo.

¿Cómo pueden las artes concienciar de esta problemática?

Todas las mujeres del mundo sufrimos violencia machista. Es una realidad. Justo ahora nos empezamos a despertar. Es doloroso darse cuenta de que naturalizabas muchas situaciones porque naciste rodeada de eso. Es un proceso que trae su tiempo. El arte sirve para transformar la realidad y para hablar de un tema desde la metáfora. En Diez de cada diez intento que esta metáfora sea positiva, que haya una reflexión e interpele al espectador.

En 2014, en Uruguay, fallecía asesinada por violencia machista una mujer cada 15 días. En España, durante todo el 2016, fueron 44. ¿Qué parte de responsabilidad tienen en esto los Estados y qué parte la sociedad?

Los Estados necesitan comprometerse con el tema, eso lo primero. Hay que empezar a aplicar leyes. Está demostrado que las denuncias sobre violencia de género son muchísimas, y que la atención que se da a estas denuncias no resuelve ni la mitad de los casos. Aunque Europa está mucho más adelantada que Uruguay, todavía hay mucho trabajo por hacer. Se trata como un tema menor y no lo es. Pero el cambio tiene que empezar desde la sociedad y las generaciones que vienen lo han hecho. Y después, claro está, todo tiene que empezar por la educación, el lenguaje. Hay que entender los conceptos, el conocimiento, saber de dónde viene todo y por qué.

Diez de cada diez

tiene muchos elementos simbólicos: el rojo, el plástico... ¿Cómo elabora e investiga la temática?

Son muchos los factores que intervienen. Yo vengo de las artes visuales, de la escultura, llevo muchos años trabajando con eso. A partir de aquí, empiezo a investigar con la cinta adhesiva como material para elaborar mis esculturas. Pero con las performance concretas, como es el caso de Diez de cada diez, primero investigo el tema, recojo toda la información posible e intento encontrar el objetivo final de la obra. Es aquí donde nacen los textos, o donde descubro relatos ya existentes. Los textos que aparecen en Diez de cada diez son de un libro publicado en 1919 por un médico llamado René Vaucaire, en el que se exponen consejos para la higiene de la mujer. Y a la vez que estaba trabajando con eso, me llegó a las manos un artículo de prensa que se titulaba Uruguay no es un país para mujeres. Me pareció muy fuerte. Y así empecé a construir. Respecto al color, internacionalmente el rojo significa “alerta”. El hecho de que todas las mujeres vayan de un mismo color también crea comunidad, unión, conciencia de estar en un mismo lugar, con un mismo propósito.

¿Por qué escoge la calle?

Porque me encanta interferir en una trama social que tiene una rutina determinada y provocar determinadas cosas fuera de esta rutina. Me gusta que pasen cosas que reestructuran este espacio. Y me gusta tener de cómplice al peatón... ¡O no! Este momento en el que el espectador está desprevenido, interpelarlo. Busco desarmar esta trama social que sostiene los lugares donde hago las performance porque tiende a ser invasiva, pero busca este impacto entre la gente.

¿Cómo es trabajar con mujeres que empiezan desde cero, al menos, en esta obra? <![CDATA[No es desde cero. Yo hice una convocatoria específica para gente que ya hubiera tenido contacto con el público. La mayoría de las participantes tienen alguna experiencia en el ámbito de la actuación. Después está el argumento, que por muy profesional que seas es imposible que no te sientas identificada con lo que explicamos, estamos hablando de nosotras mismas. Eso genera que no seas únicamente un grupo, una compañía de teatro, sino una serie de mujeres que se relaciona, que crea unos vínculos que van mucho más lejos. Cuanto mayor sea el vínculo, mayor será la fuerza de la pieza. Por eso hay todo un trabajo de dinámicas de grupo y de digestión de los textos, porque lo que haremos no es una catarsis, es una obra de arte.

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