“No han cuidado el arte”

Mucha expectación mediática para ver las obras del Museu de Lleida que desde ayer se exponen en el monasterio de Sigena. No están todas “porque llegaron en muy mal estado”, según el presidente aragonés, Javier Lambán. “Nosotros las cuidaremos mejor que quienes las han usufructuado hasta ahora”, añadió. “Ni las tenían catalogadas”.

Más periodistas que visitantes el primer día en el que los antiguos dormitorios de las monjas del monasterio de Sigena abrían sus puertas como improvisada sala de exposiciones de las obras que salieron del Museu de Lleida el 11 de diciembre. Un día recordado con “una explosión de alegría” para el presidente de Aragón, Javier Lambán, porque “los bienes nunca debieron salir de aquí”.“Nos asiste la razón y la justicia”, añadió Lambán. Ya que, a su modo de ver, las sentencias son “incontestables”. Así que para los que “llevamos Aragón en las entrañas”, el de ayer fue un día “muy emotivo”. Pero a pesar de estar tan contento, Lambán tenía una larga lista de agravios contra Catalunya. Ni una sola mención a la inversión llevada a cabo por el Museu de Lleida y el MNAC, todo lo contrario. “Si no exponemos todas las obras de Lleida es porque doce llegaron en muy mal estado de conservación”, dijo. Y aseguró que en Sigena estas piezas serán tratadas “mejor de lo que las trataron los usufructuarios”. Para empezar, “invertiremos más de lo que ha invertido Catalunya”. El MNAC también recibió críticas porque las obras que llegaron en julio de 2016 “ni siquiera estaban catalogadas”, lamentó. Llegó a decir que las obras salieron del monasterio “de forma engañosa”. Respecto al patrimonio originario del monasterio que se encuentra fuera de Catalunya, el Gobierno de Aragón no tiene previsto pedir el retorno de ninguna obra. “Solo pedimos las que salieron con posterioridad a 1923, cuando Sigena fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional”, reiteró.

Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional velaron por la seguridad de un acto muy protocolario en el que solo Aragón Televisión, la agencia Efe y el servicio de prensa del propio Gobierno de Aragón pudieron seguir de cerca a la comitiva “por razones de espacio”. Así, los numerosos medios catalanes y aragoneses que asistieron a la inauguración tuvieron que conformarse con las explicaciones de Lambán sobre el estado de la sala capitular qen las que se quiere reponer las pinturas murales que conserva el MNAC (ver página 4). “Está en perfecto estado de revista”.

Los primeros afortunados que vieron las piezas trasladadas desde Lleida tuvieron que esperar casi una hora en el exterior del monasterio a que la comitiva política acabara el recorrido para entrar en los antiguos dormitorios de las monjas. Es un espacio que no permite la visita de más de 25 personas a la vez, según advirtieron los técnicos. El primer grupo lo formaban una decena de personas de Villanueva de Sigena, de Fraga –“aragoneses de pura cepa”– y de Zaragoza. Pero el frío mereció la pena: “He sabido hoy mismo que que se abría al público y he venido ex profeso”, aseguró Carmen, que llegó de la capital aragonesa. Eva Soto, de Castro Urdiales (Cantabria) estaba de visita en la zona y aprovechó la ocasión. “Me ha parecido muy interesante”. Más emocionada salió de la sala Maria Isabel Ferrer, de Villanueva de Sigena. “Es muy bonito y muy impresionante y ahora ya podemos disfrutarlo aquí”, aseguró. Eso sí “están un poco deterioradas”, lo que atribuyó al paso del tiempo. Tanto se han implicado en Villanueva de Sigena que hasta disponen de guías voluntarios para mostrar el monasterio, aunque solo puede visitarse viernes y sábados para no interferir en la vida de las monjas (ver desglose).

Presencia policial

La inauguración también fue seguida de cerca por agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Por la mañana, los alrededores del monasterio habían aparecido llenos de pintadas con lazos amarillos y proclamas a favor de la libertad de los presos políticos que fueron tapadas antes de la inauguración. Fue el único inicidente destacable de una jornada de horario atípico, ya que el acto de apertura al público de los antiguos dormitorios tuvo lugar a primerísima hora de una tarde fría y soleada.

Los primeros visitantes recibieron de regalo un cómic con guión de Marisancho Menjón y dibujos de Juanfer Briones que recoge la historia reciente de Sigena. Desde 1936, cuando fue incendiado el monasterio, hasta el retorno de las piezas. Una época “terrible” sobre la que aún no se ha escrito el final porque “ahora faltan las pinturas”, que “volverán”. El presidente de Aragón estuvo de acuerdo con los autores de esta publicación y añadió que también lo harán las obras originarias de las parroquias segregadas de Lleida, por las que se ha abierto un nuevo frente judicial. “Deseo que el final sea el mismo que el de Sigena”, añadió. “Pronostico éxito a la demanda civil”.

“Me trae sin cuidado dónde va la obra censurada en Arco” A pesar de las críticas al Museu de Lleida y al MNAC el presidente de Aragón, Javier Lambán, declinó opinar sobre la llegada a la capital del Segrià de la obra de Santiago Sierra censurada en Arco. “Me trae sin cuidado”, llegó a decir. “Yo solo opino sobre lo que afecta a Aragón”. Y ayer tocaba hablar de la sala de exposiciones habilitada en los antiguos dormitorios de las monjas. Un espacio en el que las obras se muestran muy iluminadas y, algunas, en vitrinas que no dejan verlas en su totalidad.