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Muros llenos de arte y color

Grafiteros, muralistas y ‘street artists’ ofrecen una nueva vida a las paredes con sus impactantes ilustraciones

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Cuando en los años 80 un grupo de jóvenes leridanos se reunía en el antiguo mercado de los payeses, precisamente donde ahora se levanta la Llotja, para pintar paredes y muros, ya fuese con proclamas transgresoras y reivindicativas o con coloridos dibujos, pocos eran los que los consideraban artistas. Más bien tenían que defenderse de las acusaciones de vándalos (para ser justos, hay que reconocer que en alguna ocasión quizás no fueron infundadas). Ha llovido mucho desde entonces y hoy el graffiti, el street art y el muralismo están empezando a gozar en Lleida de un merecido reconocimiento que en otros lares está instaurado desde hace años (a excepción de la campaña que hizo la Escola de Belles Arts hace décadas cuando algunos de sus alumnos pintaron varios muros de la ciudad).

Sin ir más lejos, municipios como Penelles o Torrefarrera organizan festivales de arte urbano que dan a las paredes de sus municipios un sorprendente colorido y una nueva vida que no sólo cautiva a los transeúntes sino que incluso atrae a turistas que se desplazan a la localidad para contemplar expresamente sus creaciones. No en vano, muchos de sus autores se dedican profesionalmente a oficios relacionados con las artes visuales, el diseño gráfico o incluso el tatuaje. Algunos de los veteranos son Rulo o Krudel para quienes los esprais no tienen secretos. Para este último, –de quien Lily Brik afirma que ha aprendido muchísimo– con casi treinta años de aerosoles y rotulador en mano, reconoce que la perseverancia de los de su generación ha “allanado el camino a los que han venido después. Cuando nosotros empezamos a pintar en Lleida no había nada en las paredes. Empezaron a salir pintadas en Pardinyes, en el río...”. Buena muestra del cambio es que ahora, entre los numerosos encargos que recibe incluso están las escuelas, como la de La Mitjana, que luceuno de sus trabajos. O la ludoteca del Centre Històric, que exhibe una pintura de Fil, otro enamorado del aerosol, además de la técnica 3D y el realismo. Él lo tiene claro: “quien piense que esto no es arte que mire a figuras como Bansky o Treze”.

Para la mayoría de ellos, como Blai Baules, lo que les ofrece pintar sobre una pared en lugar de un lienzo es “la sensación de libertad”. Una libertad e inspiración que artistas como Cristinaf Dejuan logran en sus múltiples viajes. Ella empezó como ilustradora infantil pero poco a poco se ha acercado también a la ilustración adulta y al muralismo. Actualmente está en Ghana (África), donde además su pintura es solidaria, ya que la venta de algunas de sus piezas sufragan el colegio de varios niños sin recursos. Entre los que prefieren la pintura plástica y la brocha, sin cerrarse al espray y otros materiales está Oriol Arumí, que busca “transformar un entorno insulso a través de colores luminosos y casi siempre incorporo alguna persona que transmita optimismo y alegría de vivir”.

Para Lily Brik también las figuras humanas son primordiales, aunque en su caso sus esprais dan vida en la mayoría de ocasiones a mujeres de mirada profunda y triste. Es de las jóvenes creadoras de Lleida, pero pisa fuerte. Sin ir más lejos, como publicaba SEGRE el pasado miércoles, ha sido escogida como la representante española del concurso internacional Graffiti without Gravity.

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