Inteligencia artificial hecha arte

Unas 300 personas asistieron ayer a la presentación mundial en Mollerussa del espectáculo My artificial muse, una novedosa puesta en escena de dos artistas locales, Albert Barqué-Duran y Marc Marzenit, que tiene por objetivo explorar cómo la inteligencia artificial puede colaborar con el ser humano durante procesos artísticos y creativos jugando, en este caso, con la figura clásica de una musa diseñada íntegramente por una red neuronal artificial. El artista alemán especialista en algoritmos Mario Kinglemann también es una pieza clave del espectáculo de una hora de duración, que mezcló proyecciones, música y pintura en el escenario del teatro L’Amistat. En concreto, Barqué-Duran, investigador en doctorado de Ciencias Cognitivas en la City University de Londres, “compitió” con una computadora a la hora de dibujar la figura de una musa. Ambos, ser humano y máquina, utilizaron sus propios recursos y métodos para crear su propia obra de arte. El primero, en un lienzo tradicional, mientras que la máquina analizó miles de imágenes que aparecieron en una gran pantalla. Al final, tanto la musa creada por el hombre como la elaborada por la máquina, pudieron verse al acabar la performance, estuvieron acompañadas por la música de Marc Marzenit, que fue evolucionando al mismo tiempo que la musa iba tomando forma.