Palma de Oro en Cannes para Hirokazu Kore-eda

El japonés Hirokazu Kore-eda se llevó ayer la Palma de Oro de Cannes por Shoplifters, dura y poética crítica social en una edición muy política, que acabó con un palmarés en el que se premiaron historias sobre racismo, inmigración o falta de libertad. La película de Kore-eda fue muy bien recibida por su mezcla de tragedia, ternura y comedia. Dedicó el premio a dos cineastas ausentes por estar arrestados en sus países, pero que compitieron con sus films: el iraní Jafar Panahi y el ruso Kirill Serebrennikov. Mientras, Spike Lee, Gran Premio del Jurado por BlacKkKlansman, mantuvo el tono de humor crítico de su film al dedicárselo a la gente de la República de Brooklyn, Nueva York. Un galardón que reconocía su valentía para tratar con mucho humor y un punto de locura un tema tan serio como la discriminación racial en EEUU. Otra historia muy política y social, Capharnaüm, sobre los niños sin papeles ni identidad, de la libanesa Nadine Labaki, se llevó el Premio del Jurado. Respecto a la interpretación, en el apartado masculino el italiano Marcello Fonte maravilló por su papel de cuidador de perros inocente y vengativo en Dogman. Y en el femenino, la kazaja Samal Yeslyamova sorprendió por la mujer desesperada y que vive en la miseria en Ayka. Un listado de premios muy políticos en una gala que empezó en el mismo tono con las palabras de Cate Blanchett en recuerdo de Panahi y Serebrennikov. Pero, sobre todo, con la intervención de la actriz Asia Argento, que aprovechó para referirse al productor estadounidense Harvey Weinstein, dado que había sido la primera en denunciarlo oficialmente por haberla violado precisamente en Cannes.