Hallan una capilla en Bossòst

Los trabajos de limpieza y consolidación de las ruinas del castillo medieval de la Soala de Casteràs, en Bossòst, han permitido descubrir de una antigua capilla, posiblemente de época prerrománica, situada en la boca de la cueva que se encuentra bajo la antigua fortificación. Cabe destacar que los restos de este pequeño templo religioso han hallado a más de un metro bajo tierra. La actuación arqueológica ha sacado a la luz la base de la planta de la capilla, con un ábside, una entrada y la plataforma donde se asentaba el antiguo altar. Además, al lado se localizaron los restos de un muro perimetral, que seguramente rodeaba todo el conjunto, formado por el castillo y una torre, levantado encima del promontorio de la cueva, y la iglesia, debajo. Este templo estaría dedicado a Santa Eulària, advocación que ya indica su antigüedad, ya que se vincula directamente con una implantación castrense.

Tras una primera fase de limpieza, desescombro y delimitación del castillo, la actuación arqueológica en esta zona histórica, impulsada desde el ayuntamiento de Bossòst, costó 12.000 euros. Estos trabajos se llevaron a cabo durante estos meses de otoño y recibieron una subvención del Institut d’Estudis Ilerdencs de la diputación de Lleida.

La actuación ha sacado a la luz la planta de la capilla, con un ábside, una entrada y la base del antiguo altar

El alcalde, Amador Marqués, consideró este hallazgo como “una buena noticia que confirma la existencia de la capilla más antigua de Bossòst, a la entrada de la cueva natural más grande de Aran”. El ayuntamiento también iluminó esta área en junio. “Ahora trabajamos para promover, consolidar y señalizar todo el conjunto del castillo y la ermita como uno de los espacios de interés patrimonial más relevantes de Bossòst y la Val d’Aran”, añadió.

El enclave pudo ser el origen de la localidad aranesa Los técnicos valoran la posibilidad de la existencia en esta zona de un asentamiento poblacional, origen incluso de Bossòst, dadas las buenas condiciones de orientación sudeste, en la solana, con agua y visibilidad con los otros castillos de la zona. Esta situación estratégica convirtió el lugar en un refugio a lo largo de los tiempos. Uno de sus últimos usos: los maquis y los militares franquistas.