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Ni la campaña electoral ni la lluvia pueden con un Sant Jordi atípico

El debut literario de Teresa Ibars, ‘Atles de l’oblit’, el libro de Km 0 más vendido

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Costaba diferenciar los puestos de libros y rosas de los de propaganda electoral. Cosas de un Sant Jordi atípico al día siguiente del Lunes de Pascua y en la recta final de la campaña. Teresa Ibars fue una de las autoras más vendidas en Lleida, aunque la otra protagonista de ayer fue la lluvia, que aguó el final de fiesta.

Post festum, pestum. Pero ayer se llevó mejor que otras veces el retorno a la rutina después del largo puente de Semana Santa. Y es que Sant Jordi es el día laborable más festivo del año. Ayer, los puestos de libros y rosas compitieron en el espacio público con los estands de partidos políticos, en plena recta final de la campaña electoral, y todo tipo de entidades del tercer sector, independentistas, religiosas, animalistas... Sant Jordi no tiene dueño. Hasta la Grossa se dio un garbeo por la Rambla d’Aragó. Y hay que decir que estuvo muy solicitada para hacerse hacerse la selfie de rigor. Aunque el gran protagonista fue el tiempo. Plásticos a punto por lo que pudiera pasar. Cuatro gotas hicieron presagiar lo peor... pero un sol tímido se impuso antes de que nadie entonara eso de que “¿quién me ha robado el mes de abril?”de Sabina. Sant Jordi ganaba la partida. Por lo menos, la batalla matinal. En cuestión de minutos el Eix Comercial de Lleida se llenó más que un día de rebajas. Los escritores se multiplicaban como los panes y los peces para tratar de cumplir la agenda imposible impuesta desde editoriales y librerías. “A pesar del cansancio que acumulamos, es un día maravilloso”, asegurabaMarialba Revés, que llegaba a la cita con Elogi del tres recién salido del horno. Teresa Ibars, autora revelación con Atles de l’oblit, estaba en una nube. “aún no me lo creo”. Por la mañana visitó su Aitona natal. “Vinieron escolares de las con preguntas muy bien preparadas. Pero los más pequeños me han querido tocar para asegurarse de que era de verdad, me ha parecido entrañable”.

El ‘meeting point’

Entre firma y firma, recepción institucional de Sant Jordi de la Diputació en un patio gótico del IEI engalanado para la ocasión. Y de la plaza de la catedral a Rambla d’Aragó, a la parada de la librería Punt de Llibre. El Vermut Literari es ya una institución después de 30 años. El meeting point de los escritores. Todo el mundo intenta dejarse ver. Los últimos años, también los políticos. Ayer, pese a la campaña, se moderaron y ganó la literatura.

Pero no todos llegaron a tiempo. “A mí se me ha pasado porque tenía que escribir sobre otros autores”, explicaba el periodista Jordi Sebastià, que publica La ciutat invisible. Tampoco estaba en su hábitat natural Pau Juvillà, concejal de la Crida-CUP en la Paeria, que firma a medias con David Marín Primàries de sang, una novela negra ambientada en el ayuntamiento de Lleida. Dedicó ejemplares a rivales políticos con buen fair play: Carles Vega y Xavier Eritja, de Esquerra, y Xavier Quinquillà, de Junts per Catalunya. El superhéroe enmascarado 2.0, Postureig de Lleida, fue otro de los más vendidos con Sóc més de l’oest. “Estoy firmando más que un notario”, ironizaba. Aunque él no solo firmaba, sino que su legión de postufans también le pedía foto. El profesor de la UdL Sandro Machetti era otro de los que se estrenaba con Lleida desapareguda, escrito a cuatro manos con Joan Torné. “Es otra perspectiva de la fiesta”, aseguró, por la que valía la pena hasta mojarse. Porque Sant Jordi acabó pasado por agua y a la hora en la que no cabía ni un alfiler en las paradas. El autor de novela negra Rafa Melero fue uno de los que se vio sorprendido por la lluvia. “Estoy contento, porque, pese a que ha empezado a llover enseguida, he llegado a firmar diez libros”. Otra de las ilustres asesinas de Ponent, Montse Sanjuan, reconocía que firmar por Sant Jordi es muy especial, porque “la relación que estableces con los lectores es muy distinta”. En su caso, muchos le aseguran que como la siguen en las redes sociales sienten que la conocen de toda la vida.

Aunque entre los autores negros, este año destacaba David Marín, flamante ganador del Crims de Tinta con Purgatori, que se coló en la lista de los libros de Km 0 más vendidos. Él se repartió entre Balaguer y Lleida. En Barcelona firmaron Rosario Curiel y Maria Barbal. Una maratón en toda regla en la que pese a los rankings no hay más ganador que Sant Jordi, una fiesta tan singular que puede con la lluvia y hasta con una campaña electoral.

Entre el rojo pasión y el amarillo reivindicativo

Las rosas rojas fueron, un año más, las más vendidas por Sant Jordi, pero las amarillas ganan terreno. El año pasado estuvieron muy demandadas como reivindicación simbólica de la libertad de los independentistas presos. Y este año han tomado buena nota en todos los puestos de flores y las amarillas compartieron protagonismo con las rojas. Los precios, muy variables. Las más baratas las ofrecían los estudiantes a un precio de entre 3 y 3,5 euros. Por arriba no hay límite, ya que depende de los complementos, pero las de floristería, de calidad, salían por unos 5 euros de media. En toda Catalunya ayer se vendieron unos siete millones de rosas, casi tantos como habitantes, una cifra ligeramente inferior al año pasado. Desde el gremio de floristas ya advirtieron en los días previos que la proximidad con la Semana Santa restaría actividad comercial.

Ayer por la tarde, antes de la lluvia, no cabía ni un alfiler en la calle Major de Lleida.

Ayer por la tarde, antes de la lluvia, no cabía ni un alfiler en la calle Major de Lleida.MAGDALENA ALTISENT

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