La cubierta del claustro de la Seu Vella ocultaba las losas originales, con 'anotaciones' del siglo XIV

La reanudación de las obras de restauración de la Seu Vella tras la parada obligada por la Covid-19 ha deparado una sorpresa a las arqueólogas, ya que bajo la cubierta del ala este del claustro ha aparecido el enlosado original, del siglo XIV. Se trata de un hallazgo excepcional ya que, por un lado, las baldosas se renovaban cada veinte o treinta años (desde 1390 está documentado su mantenimiento) y, por otro, sobre estas losas de más de 700 años se ha conservado la montea, que es el dibujo a escala 1:1 que grabó en su día sobre la piedra el arquitecto (maestro de obras) para planificar la delicada tracería de los arcos góticos del claustro. Era como una guía para los picapedreros que trabajaban en el templo. Marta Moran, del Servei Municipal d’Arqueologia de la Paeria, fue la descubridora, junto a su compañera Isabel Gil, de lo que podría definirse como un gran plano de piedra que permitirá tener mucha información sobre cómo se construyó el claustro. Reconoce que fue “muy emocionante” constatar que las marcas que se intuían en las losas formaban un gran dibujo. “Esto se hacía en todas las catedrales, porque era una gran superficie plana sobre la que se podía trabajar, pero se perdía porque se renovaba el tejado o porque al estar a la intemperie se desdibujaba con el paso del tiempo”. La montea descubierta en Lleida es la única de Catalunya y una de las más antiguas del estado. “En Sevilla también se ha conservado, pero es posterior y en Galicia, una de barroca”, explica. Son unos 200 metros cuadrados que pueden arrojar luz sobre el monumento. “Tenemos que estudiar qué significan algunas marcas junto a los dibujos, porque pueden ser indicaciones de cómo colocar la ornamentación”.

El motivo por el que se habría salvado este tramo de la cubierta es, paradójicamente, porque no drenaba bien y se cubrieron las losas para modificar la pendiente. “Ahora hay que limpiar bien los restos de mortero para ver con más claridad los dibujos y estudiar el conjunto”. Moran es partidaria de que, una vez restaurado y documentado, “se cubra de forma reversible, porque, aunque no tenga un valor estético, es algo históricamente muy importante”. Está de acuerdo con ella Francesc Fité, catedrático de Historia del Arte de la Universitat de Lleida. “Es un descubrimiento muy importante”, subraya. Fité cree que es imprescindible limpiar y restaurar los restos para hacer más visible el dibujo y recabar información. “Habrá que hacer una foto con dron y compararla con los dibujos de las claraboyas más antiguas del claustro”. Para Fité “es un milagro” que se haya conservado esta información y explica que “a partir de estos grabados se hacían las plantillas del arco, primero en madera y, posteriormente, en piedra”.

El monumento acogerá un gran congreso 30 años después

El hallazgo en las cubiertas del claustro centrará algunas de las ponencias del gran congreso programado para 2021 sobre la Seu Vella. Este congreso llega treinta años después del de 1991, cuando todavía estaba pendiente la restauración del monumento. Las obras del claustro coinciden con las de la torre y la Porta dels Apòstols. Las ejecuta la Generalitat y tienen un presupuesto de más de 1,7 millones de euros. Los trabajos de la Porta dels Apòstols tienen por objetivo frenar los procesos de degradación del conjunto escultórico, además de intervenir en el remate de la fachada y mejorar la cubierta. En el campanario se trabaja, sobre todo, en el templete superior. Mientras, en las cubiertas del claustro había que mejorar la impermeabilización, así como la evacuación correcta de las aguas. Además, se aligerarán las cargas en los nervios de los arcos. Quedará pendiente el ala de las cubiertas del claustro de poniente, que se restaurará en otra intervención que se financiará desde el ministerio de Cultura.