Arte para luchar contra el éxodo rural

El exterior de la escuela Arc d’Adà, en Llardecans, ha sido pintado estos días con distintos murales con elementos de flora y fauna característicos de la zona con el fin de poner en relieve el modelo de vida de las zonas rurales. El objetivo de la acción es visibilizar el centro y atraer a nuevos vecinos al municipio ya que, según explicó la alcaldesa del municipio, Carme Pinyol, “las escuelas son un elemento que las familias tienen muy en cuenta al momento de decidir dónde instalarse, y esta es una manera de destacar la nuestra, que tiene un gran proyecto educativo y forma parte de una ZER”. En este sentido, Pinyol explicó que esta es una de las medidas que, junto a la elaboración de un catálogo de viviendas vacías, han diseñado para combatir la problemática del éxodo rural, que año tras año está aumentando “tanto en Llardecans como en todos los pueblos pequeños”, señaló la alcaldesa. “Actualmente no tenemos ni 450 habitantes pero sí que disponemos de todos los servicios necesarios y tememos que, si la tendencia sigue igual que ahora, Llardecans como lo conocemos deje de existir”, dijo.

La artista Lara Costafreda, vecina del pueblo que estudió en el centro y que después de vivir 15 años en Barcelona volvió a Llardecans poco antes de que empezara la pandemia del coronavirus, explicó que el diseño del mural, que prevé terminar mañana, representa “el contacto de la escuela con la naturaleza, lejos de los grandes consumos y del estrés”. “Esta escuela es para mí un símbolo de todo esto que estoy plasmando, de todo lo que viví durante mi niñez y juventud”, explicó la artista, que también reivindicó los pueblos pequeños como “lugares de salvación, espacios donde la gente se cuida y donde aprendes a compartir y a convivir con todo el mundo”.