Foix, madera de corresponsal

El veterano periodista y exdirector de la La Vanguardia Lluís Foix (Rocafort de Vallbona, 1943) presentó ayer en el Cafè del Teatre de Lleida su libro Una mirada inglesa, editado por Columna, en el que rememora sus experiencias durante más de siete años como corresponsal en Londres (de 1974 a 1981), así como también de los múltiples viajes que efectuó desde la capital británica a otros países cubriendo guerras, cumbres internacionales y elecciones. En el acto también participó Juan Cal, exdirector de SEGRE, con quien Foix mantuvo una conversación encima del escenario.

En la presentación, que congregó a un buen número de personas respetando las medidas sanitarias, Foix abordó temas como el Brexit, del que afirmó que se trató de la maniobra de una minoría que antes gobernaba Gran Bretaña, a través de ciertos medios de comunicación mediante discursos populistas dirigidos a las clases más bajas y con cierto regusto a supremacismo británico, lamentando que al final llegaran a conseguirlo.

Foix afirma que se trató de la maniobra de una minoría que antes gobernaba el país, a través de los medios

Además destacó que, a pesar de tratarse de un imperio en decadencia, admira las que él considera las tres grandes señas de identidad de los ingleses: el haber logrado imponer el inglés como lengua en todo el mundo; el dominio de la dialéctica y de la retórica que emanan del Palacio de Westminster; o la capacidad de proyección internacional de sus valores y de su cultura por parte de la cadena BBC.

El periodista comentó que, gracias a su estancia en Londres como corresponsal, tuvo la suerte de cubrir una gran cantidad de eventos históricos, la gran mayoría recogidos en su libro, como es el caso de la la victoria en las elecciones de Margaret Thatcher, hecho del que Foix reconoció que “no fui consciente de la relevancia de aquel suceso hasta muchos años después”. También conoció a personajes relevantes de la época como Manuel Fraga, que por aquel entonces era embajador en la capital británica hasta 1975, cuando regresó a España.

Finalmente hizo un breve repaso de su estancia como corresponsal en la guerra de Afganistán, de la que destacó la seguridad de la que gozaban los periodistas por aquel entonces.