Título blanquiazul

El Espanyol se alzó ayer con la Supercopa de Catalunya tras superar en el Nou Estadi de Tarragona al Barcelona por 0-1, gracias a un gol del ecuatoriano Felipe Caicedo a los nueve minutos de juego. La afición tarraconense, que llenó el Nou Estadi, salió defraudada por la poca presencia de jugadores del primer equipo del Barcelona. Luis Enrique únicamente convocó a 6 futolistas de la primera plantilla, el meta Masip, Mathieu, André Gomes, Denis Suárez, Arda y Paco Alcácer. Entre las lesiones que azotan al equipo y el exigente calendario que le espera, con la Liga y, la próxima semana en el campo del Manchester City, el asturiano no quiso arriesgar lo más mínimo. En cambio, Quique Sánchez Flores sí viejó a Tarragona con todos sus hombres disponibles.

Dominó el partido el conjunto de Luis Enrique, pese a afrontar el partido repleto de futbolistas del filial, aunque el Espanyol, con mucho oficio, supo manejar la contienda para llevarse el trofeo por primera vez en la corta historia de este torneo en su actual formato. Hace dos años, en la primera edición, venció el conjunto azulgrana, mientras que en la pasada temporada no hubo partido al no encontrar una fecha adecuada que fuera bien a ambos rivales.

Paco Alcácer, que tenía una buena ocasión para reivindicarse, tampoco encontró el camino del gol

El Barcelona comenzó controlando la posesión y el tempo del partido ante un Espanyol defensivo y encerrado en su campo a la espera de montar alguna contra para sorprender al rival.

Nueve minutos duró el empate inicial en el marcador hasta que Reyes, con un excelente pase en profundidad a la espalda de Mathieu, que quedó en evicencia en esta jugada, encontró al ecuatoriano Caicedo que, con calidad, superó la salida de Masip y empujó el balón al fondo de las mallas del equipo de Luis Enrique. Un gol que llegó muy pronto pero que acabaría dando el título a los blanquiazules.

Con el marcador a su favor, endurecieron la defensa los pupilos de Quique Sánchez Flores con reiteradas faltas para cortar la dinámica de pases de los azulgranas, que apenas conseguían inquietar la portería de Roberto. Tal fue así, que el meta del Espanyol permaneció inédito durante la primera media hora de juego.

La blanda defensa dispuesta por el Barcelona, con hasta tres jugadores del filial y Mathieu sin acabar de marcar la jerarquía que se espera de él, ofreció algo más que facilidades a un ataque poco incisivo del Espanyol, que, cuando se acercaba, causaba verdadero peligro, pero no tuvo nada de acierto. Pocas veces tendrá el Espanyol tan a su alcance al eterno rival.

Despertó el equipo azulgrana en el minuto 33 y lo hizo tras una gran jugada del canterano Carbonell, que cedió el balón a Denis Suárez, quien, con un control orientado, se deshizo de su marcador para poner a prueba a Roberto.

Poco más hasta el final del primer acto, en el que el Barcelona no pudo y no supo desarticular la defensa perfectamente colocada del Espanyol sobre el terreno de juego.

Empezó el segundo acto con los mismos 22 protagonistas en el césped del Nou Etsadi y con las mismas sensaciones que dejó el primer tiempo: dominio estéril de un Barcelona incapaz de perforar la meta del portero perico y un equipo blanquiazul que no sabía sacar provecho de que delante tenía a un Barça poco habitual, con numerosos futbolistas del filial.

El delantero valenciano Paco Alcácer, que tenía una ocasión de oro para reivindicarse, dispuso de la ocasión más clara para los azulgranas al cuarto de hora de la reanudación, pero no llegó al centro preciso que le sirvió Aleñà, hijo del exjugador del Lleida en los años 80, Sisco Aleñà.

Lo probaron también Nili y Denis Suárez desde lejos pero sus respectivos disparos no se convirtieron en peligro real para un Espanyol que, sin tener en ningún momento el control del esférico, tampoco se vio amenazado por un conjunto azulgrana algo espeso en los metros finales.

El Barcelona encerró a su rival en el último cuarto de hora, pero fue incapaz de marcar y acabó cediendo ante un rival que apostó por el pragmatismo. El primer derbi de la temporada tuvo color blanquiazul, pero cuando se encuentren en la Liga, con los puntos en juego, el Barça será otro y todos pondrán más intensidad.

zúrich

La Comisión Disciplinaria de la FIFA anunció ayer una sanción de 200.000 euros a la Federación Española de Fútbol (RFEF) por haber infringido la normativa vigente sobre traspasos e inscripciones internacionales de futbolistas menores de 18 años. En un comunicado, explica que “se ha constatado que la RFEF violó varias disposiciones relativas a los fichajes y la primera inscripción de futbolistas menores de edad extranjeros, concernientes en particular al art. 19 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores”. También denuncia anomalías en “la inscripción y participación de algunos jugadores en determinadas competiciones”.

La RFEF deberá pagar esta multa de unos 200.000 euros y dispone de seis meses para modificar su regulación y el sistema de transferencia de menores. “Por otra parte, de conformidad con los artículos 13 y 14 del Código Disciplinario de la FIFA, se ha impuesto una advertencia y una reprensión contra la federación”, continúa el comunicado. La FIFA explicó que esta decisión, que fue notificada ayer, “se fundamentó en elementos específicos de cada uno de los casos, de acuerdo con la investigación realizada por el sistema de transferencias de la FIFA y posteriormente por la Comisión Disciplinaria.

“La investigación se centró en futbolistas menores que participaron en competiciones con el Club Atlético de Madrid y el Real Madrid CF durante varios periodos comprendidos entre 2007 y 2014, en el caso del At. Madrid, y entre 2005 y 2014, en el caso del Madrid”, añade. Los dos clubes han sido sancionados recientemente con un año sin fichar, el mismo castigo que le cayó el Barça.