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El tridente celebró efusivamente el tanto logrado por Leo Messi que dio los tres puntos.

El tridente celebró efusivamente el tanto logrado por Leo Messi que dio los tres puntos.

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El FC Barcelona se llevó tres puntos de oro del Vicente Calderón (1-2) para mantener intactas las opciones de luchar por el título de Liga, una victoria que momentáneamente le situaba como líder en solitario, aunque horas después el Real Madrid era capaz de remontar un 2-0 (2-3), con ayuda arbitral incluida, para mantenerse una jornada más en la primera posición. Leo Messi, un tanto apagado en los últimos partidos frente al PSG y Leganés, volvió a demostrar que no le hace falta un gran juego de su equipo para marcar la diferencia e hizo el tanto de la victoria.

El Barça mejoró respecto a los partidos ante el PSG y Leganés, pero en la primera mitad sufrió mucho, especialmente al inicio. El Atlético no teme a nadie, ni al Barcelona, el “mejor equipo del mundo” en palabras de Simeone, y al que borró del terreno de juego toda la primera media hora, devorado por empuje, por ambición, por presión, por colocación y también por fútbol, con un Gabi descomunal en todo, en cada aspecto del juego, omnipresente e insuperable para un equipo azulgrana superado ante tal exigencia.

El meta alemán, como viene siendo habitual esta temporada, evitó algún gol más de los colchoneros

No hubo rastro en media hora del Barcelona, desfigurado en cuanto el partido entró en juego. Ni lo tuvo claro en la salida de pelota, agobiado por su adversario, ni en la transición hacia el ataque. Sí cuando vio la opción de contragolpe, muy pocas veces, pero entonces sí apareció Messi, entonces sí conectó Neymar y entonces sí asustó.

Y entonces ya habían pasado 30 minutos de incontestable dominio del equipo rojiblanco, casi siempre en campo contrario (el 74 por ciento del juego fue en terreno azulgrana durante la primera media hora), con todo el plan muy medido, cuándo debía presionar, a quién podía dejar salir con la pelota y a quién no. Media hora potente, apabullante por momentos, pero sin gol. Unas veces por las intervenciones de Ter Stegen, que voló hacia un disparo de Griezmann y que fue oportuno en unas cuantas ocasiones para frustrar el pase final; otra por la aparición vital de Umtiti y unas cuantas más porque al Atlético le faltó el último plus en el área, el que separa el gol de un despeje o de un robo de balón.

No había existido el Barcelona... hasta entonces, hasta que Messi agarró una pelota en medio campo y combinó con Neymar para probar por primera vez a Jan Oblak, de vuelta al once 75 días después de su lesión. El balón terminó en gol, invalidado por una falta de Luis Suárez sobre el guardameta esloveno. Luego disparó alto el uruguayo, en otro contragolpe; después voló Oblak para repeler un lanzamiento de falta magistral de Leo Messi que iba a la escuadra y más tarde fue un cabezazo de Piqué; señales de vida de un Barcelona que no la tenía instantes antes, que aún sin jugar bien, sin reconocerse a sí mismo, es capaz de inventar ocasiones de muy poco, casi de la nada.

El partido llegaba al intermedio sin goles y tras el paso por los vestuarios, el FC Barcelona se mostró mucho más incisivo y muestra de ello fue un contraataque que culminó con un pase de Messi a Luis Suárez, quien ejecutó un tiro cruzado a la izquierda que se marchó rozando el palo. Fue el preludio de la primera diana que llegó tras un lío en el área rojiblanca en el que participaron todos los jugadores del Barcelona (m.63), siendo Rafinha el que finalmente empujó el balón para inclinar la balanza del lado azulgrana, algo que no se correspondía con lo visto sobre el césped de la capital.

A pesar de venirse arriba tras el gol, los de Luis Enrique vieron como la insistencia del Atlético tuvo su recompensa y Diego Godín, a la salida de una falta escorada, cabeceó para hacer el tanto que volvió a poner las tablas en un choque completamente distinto al de la primera parte. Finalmente, Leo Messi anotó el gol de la victoria visitante tras un balón colgado al área que recogió Umtiti para posteriormente ceder a Luis Suárez, que dejó el balón al de Rosario, quien la empujó a placer, poniendo el 1-2 que se tornó definitivo.

El Barça sobrevivió a un Atleti que pierde el tren de cabeza, con menos descanso por el viaje a Leverkusen para hacer buena la derrota del Madrid en Mestalla. Con este resultado en el último Atleti-Barça liguero en el Calderón (el cuadro culé volverá para disputar la final de Copa), los azulgranas se enganchan a la Liga y se mantienen a un punto de un Madrid que ayer volvió a ganar con polémica, al empatar gracias a un inexistente penalti (ver página 5).

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