El Real Madrid estará el próximo 3 de junio en la final de Cardiff frente al Juventus después de hacer bueno el 3-0 de la ida y gracias a un gol de Isco en el minuto 42 que dejaba KO a un Atlético que por entonces dominada 2-0 y empezaba a soñar con la remontada. Será la decimoquinta final para los blancos, la sexta desde el cambio de formato, mientras que los colchoneros se quedan en las semifinales, otra vez ante su ‘eterno’ rival, pero con un mérito incalculable, capaz de expresar en el campo una gesta incompleta.
Porque hubo eliminatoria durante 42 minutos del duelo de vuelta. Ni siquiera el 3-0 en contra de hace una semana apagó la fe del Atlético, un equipo que, demostrado está, no desiste nunca, ni ante el reto más difícil. Ni este miércoles frente a algo que a la postre fue imposible, pero pareció posible casi todo el primer tiempo. En un cuarto de hora, ya había logrado quizás mucho más de lo creíble para muchos en un enfrentamiento de tales características. En una agitación extrema, con un impresionante despliegue, a tope de revoluciones, con el rugido del Calderón, con emoción, una puesta en escena desbordante, una ambición incontenible y con dos goles en cuatro minutos. El primero, un cabezazo en el primer palo de Saúl en un saque de esquina de Koke, y el segundo de Griezmann de penalti. Faltaba un gol más para igualar a un Madrid superado.
Pero el Atlético dio un paso atrás, los de Zidane se recompusieron y antes del descanso sentenciaron gracias al oportunismo de Isco tras una genial jugada de Benzema. Los rojiblancos lo intentaron en la segunda y gozaron de claras ocasiones, sobre todo en las botas de Gameiro, este miércoles suplente, pero el galo estuvo nefasto y el Madrid selló su billete a Cardiff.